No hay sector de la sociedad que se encuentre hoy
libre de inquietudes por el incontenible paso de inmigrantes ilegales
haitianos hacia nuestro territorio, en gran medida producto de un
tráfico aparentemente organizado que deja lucrativos beneficios a las
mafias que lo promueven, mas no al país.
Aún cuando contamos con una ley de migración, fuerzas armadas equipadas para la protección de la seguridad nacional y un plan de regularización de extranjeros en el que el gobierno hizo una altísima inversión; aún cuando se ha hecho patente la preocupación de las iglesias, diversos partidos políticos y grupos e instituciones civiles, el trasiego de los ilegales persiste, aumenta y luce inmune a todo control o freno.
Aún cuando contamos con una ley de migración, fuerzas armadas equipadas para la protección de la seguridad nacional y un plan de regularización de extranjeros en el que el gobierno hizo una altísima inversión; aún cuando se ha hecho patente la preocupación de las iglesias, diversos partidos políticos y grupos e instituciones civiles, el trasiego de los ilegales persiste, aumenta y luce inmune a todo control o freno.