Con la decisión tomada por Leonel Fernández de
lograr la candidatura presidencial se muestra también que se apoya en
una estrategia que toma en cuenta el tiempo político. Ya va más allá de
observar la dirección de los vientos y lanza su embarcación con acciones
de contacto político callados y públicos; también escribe y hace saber
su defensa de la Constitución.
Su defensa de la constitucionalidad es al mismo tiempo táctico y estratégico. En la primera línea de defensa establece la legitimidad de las primarias cerradas y un poco más allá en el tiempo se opone a la nueva modificación de la Carta Magna.
Es una clarinada en tono alto que agrupa moralmente a todos los sectores.
Además en la estrategia de Leonel se defiende la gestión de Danilo Medina. Ambos saben que pelearse perjudica en todo a todos y en nada beneficia a ninguno. Danilo y Leonel son las dos caras de la medalla del PLD para obtener votos.
Esta defensa del gobierno persigue sustentar una posible compaña presidencial y darle continuidad a una obra de gobierno estable y con importantes obras que ha fortalecido la imagen política del PLD. Sin el apoyo del gobierno, una campaña de Leonel tendría grandes escollos, además de que facilitaría un ascenso de la oposición.
Sin embargo, esta defensa de la administración de Danilo no desanima a los parciales de Leonel para defender con tesón que la Ley de Partidos contenga las primarias cerradas como una disposición jurídica para que los colectivos retengan su esencia de ser entes con derecho propio.
Este ir y venir de las diligencias políticas no es algo lacio. Hay el vaivén del columpio. Los parciales de uno y otro bando a veces se encrespan y humo u olas se ven fuera del partido de gobierno. Ya incluso se habla de confrontaciones en la administración pública, algo que no conocía, pero los PLD, hasta ahora, han quemado su basura en el interior de la morada.
Que Leonel tenga una decisión tomada, de ser el candidato presidencial y que tenga una estrategia sumatoria que suba en la patana a propios y extraños, no significa de ninguna manera que será un pan de azúcar lo que tiene por delante. Tiene que hacer ver el bajadero que traza para vencer la resistencia de sus adversarios internos.
La estrategia leonelistas lleva mucho de persuasión. Ojalá no encuentre muchos ciegos y sordos.
Su defensa de la constitucionalidad es al mismo tiempo táctico y estratégico. En la primera línea de defensa establece la legitimidad de las primarias cerradas y un poco más allá en el tiempo se opone a la nueva modificación de la Carta Magna.
Es una clarinada en tono alto que agrupa moralmente a todos los sectores.
Además en la estrategia de Leonel se defiende la gestión de Danilo Medina. Ambos saben que pelearse perjudica en todo a todos y en nada beneficia a ninguno. Danilo y Leonel son las dos caras de la medalla del PLD para obtener votos.
Esta defensa del gobierno persigue sustentar una posible compaña presidencial y darle continuidad a una obra de gobierno estable y con importantes obras que ha fortalecido la imagen política del PLD. Sin el apoyo del gobierno, una campaña de Leonel tendría grandes escollos, además de que facilitaría un ascenso de la oposición.
Sin embargo, esta defensa de la administración de Danilo no desanima a los parciales de Leonel para defender con tesón que la Ley de Partidos contenga las primarias cerradas como una disposición jurídica para que los colectivos retengan su esencia de ser entes con derecho propio.
Este ir y venir de las diligencias políticas no es algo lacio. Hay el vaivén del columpio. Los parciales de uno y otro bando a veces se encrespan y humo u olas se ven fuera del partido de gobierno. Ya incluso se habla de confrontaciones en la administración pública, algo que no conocía, pero los PLD, hasta ahora, han quemado su basura en el interior de la morada.
Que Leonel tenga una decisión tomada, de ser el candidato presidencial y que tenga una estrategia sumatoria que suba en la patana a propios y extraños, no significa de ninguna manera que será un pan de azúcar lo que tiene por delante. Tiene que hacer ver el bajadero que traza para vencer la resistencia de sus adversarios internos.
La estrategia leonelistas lleva mucho de persuasión. Ojalá no encuentre muchos ciegos y sordos.
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