En el día de ayer tendría lugar -ya no en la casa del influyente
ministro, sino en la que tiene en la Romana un hijo de un empresario
muy, muy cercano al jefe de Estado- el gran encuentro estratégico de un
sector danilista con miras a “cuadrar” un plan-aventura de alianza
reeleccionista a serle presentado (¿?) al expresidente Leonel Fernández,
pese al primer grito de guerra de éste, de que: “No hay marcha atrás”, y
el más reciente, emulando a Juan Sánchez Ramírez en la batalla de Palo
Hincado, de: “Pena de la vida al tambor que toque retirada y pena de la
vida al oficial que lo mandare a tocar, aún fuere yo mismo”.
En el
interín, vimos a un Hipólito Mejía con Nuria muy campechano y conectando
con la gente, como es característico; con muchos ciudadanos diciéndole
que podrían votar por él, no asegurando que lo harían (se da por hecho
que en el PRM el candidato sería Luis Abinader). El hombre, que desde el
poder nos falló y le falló al país con la palabra empeñada, volvió a
considerar que fue una metida de pata suya embarcarse en un fallido
proyecto reeleccionista, que dividió su partido y lo sacó del poder
hasta el día de hoy, y que sería traumático si el presidente Medina se
decidiera por algo parecido. Sabiendo que es hombre sin rencor, y
recordando a Peña, “yo lo perdoné”. Nos ‘pechamos’, tras mucho sin
vernos, en casa de mi inolvidable amigo Hatuey y hace poco en Cuesta, y
nos pusimos a hablar de mis aguacates en Ocoa.
Entiende Hipólito -quizás
por falta de un poco de roce con Obama y con Pepe Mojica- que un ego
personal sin sentido es lo que lleva a los presidentes a buscar
reelegirse y querer perpetuarse en el poder. El antecesor de Donald
Trump en Estados Unidos, por ejemplo, llegó a decir: “De hecho, creo que
soy un buen Presidente. Creo que si me presentara de nuevo volvería a
ganar”, bromeó. “Pero no puedo La ley es la ley y ninguna persona está
por encima de la ley, ni siquiera el Presidente”.
Y dijo algo más:
“Cuando un líder trata de cambiar las reglas en medio del juego solo
para permanecer en el cargo, corre el riesgo de inestabilidad y
conflictos”ÖCualquier parecido con la situación interna actual del PLD
gobernante, que más riesgosa y peligrosa no puede ser, es pura
coincidencia. ¡Que el que tenga oídos para oír, que oiga!
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