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lunes, enero 21, 2019

¡Presidente, proteja el legado!

El perfil de un empresario es ganar dinero, aunque a pesar de las regulaciones y normas de competitividad para que no desborde esos marcos, predomina como el centro de su actividad obtener beneficios y nunca llegar a la quiebra.
Cuando un empresario es político o un político empresario, se sale de control y utiliza sus funciones públicas para hacer más dinero. El político que termina siendo empresario supone que con dinero lo puede todo, o el empresario político busca legitimarse socialmente y como su hábito es lograr beneficios, descubre que usar el Estado es fuente inagotable.
Desbordan los límites del poder cuando logran posicionarse en el Gobierno. Presionan para que se hagan cosas que violentan los límites del poder. El poder lo limita la Constitución; ella es el conjunto de normas más relevantes que rige a una sociedad; ella dispone sobre su soberanía, los derechos ciudadanos, la regulación de las instituciones y de los diferentes poderes.
Cuando el que ha hecho fortuna por ser heredero de grandes supermercados, centros productivos y de servicios, descubre que el poder puede ser fuente de mayores riquezas que las acumuladas en sus negocios heredados, tiene la tendencia a hacer en el Estado beneficios; presume que todo se “resuelve” con dinero e ignora las consecuencias de llevar al Estado a violentar sus normas constitucionales.
En la actualidad se están viendo empresarios jugando un rol político más allá de sus capacidades. Sus injerencias están creando un ambiente político cada vez más estresante. Se les ve desde y en el entorno palaciego dirigiendo y formulando propuestas como si el Estado fuera una empresa.
Desconocen que el PLD es un proyecto histórico, es la expresión organizada de una causa nacional dejada en las manos de los peledeistas como un legado del profesor Juan Bosch; es un instrumento del pueblo dominicano. Como tal, nada tiene que ver con un mesias o la continuidad de un hombre dirigiendo sin límites y sustituyendo al Estado.
¡Danilo, amigo y compañero ciudadano Presidente, esa actuación contraria nuestra esencia y Ud como yo lo sabe. ¡Pare esa gente! Ni Ud ni los que juntos a Ud construimos esta exitosa formación política, fuimos formados para violentar los límites del poder, claramente establecidos en la Constitución.
Si me preguntas ¿quiénes son? responderé que me atreví a mencionar a algunos en esta semana pasada. Si pregunta ¿qué hacen? Diría que sus capacidades políticas son tan cortas que no pueden comprender que el Presidente es mandatario del pueblo; que el poder reside en el pueblo, no es al revés, no es del Presidente que emana el poder.
Articulan, presionan y conspiran para violentar los límites constitucionales. Buscan como sea su permanencia como Presidente.
Ud y el expresidente Fernández han hecho buenos gobiernos, pero ahora se amenaza con desconocer la Constitución. El gobierno es su responsabilidad, pero también es la mia y la de todos los peledeistas que construimos esta fuerza política.
El mandato constitucional es que Ud termina el 16 de agosto del 2020. No hay ninguna otra posibilidad. Me arriesgo a molestarlo con estas afirmaciones, pero es mi obligación histórica no callar. Ni el Partido, ni Ud, ni nadie está sobre la Constitución. Sería imperdonable callar como ciudadano y uno de los fundadores del legado construido por Juan Bosch.
Por Franklin Almeyda Rancier ;-
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