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jueves, noviembre 29, 2018

Encuestas van y vienen

UNO: FORASTEROS EN LA CANTINA.- Una encuesta publicada le preguntó a una inédita: ¿Y tú pa’ cuándo? Y esta replicó, algo molesta: ¿Cuál es el apuro? La respuesta se impone, es pertinente, ante el afán inusitado de finales de año de dar cuenta de mediciones variopintas. ¿De quién es la inseguridad, de Leonel Fernández o de Luis Abinader, pues –extrañamente-- es un campeonato de dos bateadores, cuando --se supone-- debiera ser un round robin de equipos? Falta tiempo y circunstancia, y las elecciones no fueron en noviembre, pero tampoco serán en diciembre.
El fenómeno, ya que no puede considerársele de otro modo, intriga. Intriga por muchas razones. No solo por la época, sino también por el origen. Los interesados rastrean firmas por el mundo, y cada resultado tiene un sello diferente. Aquí, está visto y comprobado, por encuestas la política no falla. Las nacionales o las extranjeras con residencia, e incluso regularizadas, hacen el trabajo a cabalidad y llenan el cometido. Al final de la jornada, cuando se tiene presidente electo o partido ganador, las empresas criollas pueden reírseles en la cara a la competencia venida de fuera. Como la vieja publicidad de un cigarrillo podrían brincar alante e interpelar: ¿Cómo te quedó el ojo, forastero ?...
DOS: ENTRE INFORMALIDAD Y MISTERIO.- Intriga de las muchas encuestas, ya no solo la informalidad, sino la suerte de misterio que las rodea. La última fue entregada a la manera de delivery, en manga de camisa y pantalón corriente. Nada de chaqueta o corbata. Igual --segurito-- al personal que llevó a cabo el trabajo de campo. Además, no se entiende por qué no satisfacen la mayor curiosidad: el financiamiento del estudio. No identifican la fuente e intentan convencer de lo imposible: que asumieran el costo. El ámbito político dominicano es para las encuestadoras tierra de nadie, territorio libre, y cabalgan a su cuenta, aunque sin riesgos. Intriga por igual el mareo propio, no el ajeno. Si Leonel Fernández va alante en unas y Luis Abinader en las otras, el panorama electoral estaría despejado, por lo menos para ellos dos. Lo lógico sería entonces que economizaran trabajo, redujeran afán y se sentarán a esperar el 2020, mes y día acordados. Sin embargo, Fernández no cesa en la búsqueda de firmas que sustenten sus aspiraciones, como si la reelección se pudiera intimidar con rúbricas o allantar a las bases. Si las encuestas no garantizan, las firmas no dan seguridad. Igual Abinader. Cada resultado es un bumerán, pues Hipólito Mejía o su gente lo consideran una burla y aumenta su enojo, pues el choteo en política se paga, y caro…
TRES: AHORA ES QUE FALTA POLÍTICA.- Si se diera el fatalismo de las encuestas, la competencia electoral del 2020 sería entre Leonel Fernández y Luis Abinader, y los demás aspirantes no tendrían nada que buscar en los comicios. Sin embargo, se supone que la lucha política no es tan fácil y que el reduccionismo se falta a sí mismo. Que la consulta será una dura batalla, y que no solo pelearán duro los partidos grandes, sino también los pequeños. Los cuales saben desde ahora que se juegan la supervivencia. La Ley de Partidos, si se aplica como debe, hará de las elecciones un pastel para pocas bocas, un cadalso para muchos condenados. Sin recursos, muchas organizaciones se quedarán a la vera del camino como los vehículos que dejan de circular por falta de gasolina. La política es cara, y por muchas medidas que se tomen, se hará difícil beber café en jarro pichao. El voto preferencial, incluyendo ahora los niveles inferiores, será como cerrar la última llave del tanque de oxígeno. Un concejal era suficiente para mantenerse legal, pero si esa posibilidad se aleja, o se hace imposible, no quedará más alternativa que el limbo, y el limbo será como esos satélites abandonados en el espacio que flotan y nunca caen. El Foro de los Partidos (o Fopppredom ) lo tiene claro. Más que claro, clarísimo…
CUATRO: FALTAN CAPÍTULOS.- El marco de las encuestas seguirá como la ilusión de los apresurados, de los que creen que los porcentajes registrados en un papel, y reseñados periódicamente, pueden superar o anular la realidad. El protagonismo de los interesados. La política es perversa, y nunca pone todas sus cartas sobre la mesa. No muestra sus resultados por adelantado. Las mediciones de Luis Abinader chotean a Hipólito Mejía, pero el expresidente está en la calle, y en la calle se sabe del que se tira al medio, no del que observa desde los zaguanes. Se supone que Leonel Fernández saca molleros para intimidar a Danilo Medina y a los reeleccionistas, pero hasta ahora la reelección no convoca, ni congrega, y tampoco exhibe su fuerza en la plaza pública. Después de las tantas cosas que se han dicho y se dicen, no puede esperarse que el Palacio Nacional, el comité Político, el comité Central, y hasta el Congreso del PLD, dejen pasar a Fernández como la nave Insight y luego de seis meses se pose majestuosa sobre la superficie de Marte. Que después de tantos zafarranchos y forcejeos el expresidente se imponga sin que sus oponentes les den aunque sea un pellizquito. No hay dudas de que faltan muchos capítulos y que no se escribirán de una sola sentada. Encuesta a encuesta no se llenará el buche de la historia del 2020…
Por Orlando Gil ;-
orlandogil@claro.net.do

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