El Partido Reformista de Quique Antún hará una
asamblea nacional para aprobar los nuevos estatutos que tendrá esa
organización acogiéndose a lo que traza la nueva Ley de Partidos y para
esos fines se decidió convertirlo en un partido de cuadros abandonando
su formación original de organización de masas. Es una transformación
que también influirá en su forma de hacer política.
Los partidos de cuadros son más ágiles por mover menor cantidad de miembros y normalmente su hacer los lleva al contacto directo con los electores. Esta decisión los arrima la explotación intensiva de las zonas girando en torno a las mesas electorales en función de sus números de votantes.
Esta nueva forma organizativa del PRSC se basaría en el militante-dirigente, una especie de cuadro profesional que tendría bajo su control a los simpatizantes flotantes en cada jurisdicción. Es una estructura dinámica que confiere contacto directo a los miembros con los electores.
Dado el grado de atomización que está viviendo el PRSC, parece una fórmula inteligente porque disimula su atrofia puede salvar su activo que es el legado balaguerista. Con la partida del líder de la agrupación se ha ido debilitando con incesantes luchas internas. Ahora mismo uno de sus grupos languidece en los brazos del gobierno y algunos de sus miembros huyen hacia el PLD para buscar cobijo a su oficio de políticos.
En esa tesitura están incluso actuales funcionarios congresuales y municipales. También hay quien confiesa no estar en el PRSC sin denunciar su futuro.
Esta agrupación, que ha ido dando tumbos de un partido aliado hacia otro y que incluso se bifurcó entre los partidos mayoritarios de oposición, como una puerta batiente con hoja para cada lado, recientemente se inclinó a la fórmula oficialista abandonando la alineación de los opositores.
De las manos de Antún el PRSC juega varias cabezas y negocia a conveniencia el poco más del cuatro por ciento de los votos que atrae. Ahora mismo, aunque ha coincidido con los intereses continuistas de Danilo Medina, no se puede predecir su curso. Esa franquicia se maneja con un mercadeo puntual. Su Uno-Dos, que completa Rogelio Genao, lanza su canoa cuando el río político enseña su fuerza.
En las pasadas elecciones negociaron con el PRM de Luis Abinader, pero nada seguro hay para 2020.
El PRSC escogerá sus candidatos con una convención de militantes. Será un balandro barato de operar y fácil de guiar.
Los partidos de cuadros son más ágiles por mover menor cantidad de miembros y normalmente su hacer los lleva al contacto directo con los electores. Esta decisión los arrima la explotación intensiva de las zonas girando en torno a las mesas electorales en función de sus números de votantes.
Esta nueva forma organizativa del PRSC se basaría en el militante-dirigente, una especie de cuadro profesional que tendría bajo su control a los simpatizantes flotantes en cada jurisdicción. Es una estructura dinámica que confiere contacto directo a los miembros con los electores.
Dado el grado de atomización que está viviendo el PRSC, parece una fórmula inteligente porque disimula su atrofia puede salvar su activo que es el legado balaguerista. Con la partida del líder de la agrupación se ha ido debilitando con incesantes luchas internas. Ahora mismo uno de sus grupos languidece en los brazos del gobierno y algunos de sus miembros huyen hacia el PLD para buscar cobijo a su oficio de políticos.
En esa tesitura están incluso actuales funcionarios congresuales y municipales. También hay quien confiesa no estar en el PRSC sin denunciar su futuro.
Esta agrupación, que ha ido dando tumbos de un partido aliado hacia otro y que incluso se bifurcó entre los partidos mayoritarios de oposición, como una puerta batiente con hoja para cada lado, recientemente se inclinó a la fórmula oficialista abandonando la alineación de los opositores.
De las manos de Antún el PRSC juega varias cabezas y negocia a conveniencia el poco más del cuatro por ciento de los votos que atrae. Ahora mismo, aunque ha coincidido con los intereses continuistas de Danilo Medina, no se puede predecir su curso. Esa franquicia se maneja con un mercadeo puntual. Su Uno-Dos, que completa Rogelio Genao, lanza su canoa cuando el río político enseña su fuerza.
En las pasadas elecciones negociaron con el PRM de Luis Abinader, pero nada seguro hay para 2020.
El PRSC escogerá sus candidatos con una convención de militantes. Será un balandro barato de operar y fácil de guiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario