Es común escuchar que el gobierno de Danilo Medina va por mal camino,
que su situación está mal, que las cosas le están saliendo cada vez
peor, o que el peso de las circunstancias lo tienen desquiciado a tal
punto que explota por cualquier cabayá. Esos decires son una cosa y otra
opinar que hay una conspiración internacional para derribarlo. Entiendo
que es un tremendismo del embajador Víctor Grimaldi despacharse desde
Roma con aseveraciones de tales alcances. Resulta incomprensible que un
intelectual de su experiencia mezcle disgusto popular con una asonada
internacional para darle ingreso a millones de haitianos.
Eso de afirmar
que se quiere derribar a Danilo Medina para facilitar la estada de
haitianos o cualquier extranjero en nuestra patria, esto es hablar de
una permanente guerra civil. Y eso es descabellado. Grimaldi tiene
asiento laboral en Roma, epicentro de muchas conspiraciones políticas y
religiosas. Si en estos momentos estuvieran buscando Papa pensaría que
fue afectado por la fumata. También una pesadilla pudo jugarle una
trastada. Hay que advertir que también él llama a los partidos a la
calma y al PLD a la unidad. Entonces ya lo que me resulta es sospechoso.
Grimaldi fija en agosto la fecha de arranque de las acciones
desestabilizadoras, como se manifiestan en otros países, pero contra el
gobierno de Danilo. Ese mes hace abrir los ojos, porque el día 25 de
agosto habrá la reunión de leonelistas con él encabezando el acto. Se
especula el motivo, pero eso es tema de otro comentario. Lo curioso es
que mencione que agosto sea el mes de las turbulencias. El gobierno está
aterrado con la salida a escena de Leonel Fernández porque sería el
trazado de la línea de Pizarro, tanto es el miedo que hasta han puesto a
la Junta Central Electoral a que le impida hacer proselitismo. Eso es
una cosa, pero no creo que inventarían una conspiración internacional.
Las turbulencias a que se refiere Grimaldi tienen mucho de ficción. Si
él fuera Hipólito Mejía diría que está buscando titulares de prensa,
pero el embajador ante El Vaticano es hombre lúcido de formales andares.
No obstante, si quería ayudar a Danilo le hace más bien un daño.
Vaticinar intranquilidad crea angustia. La inestabilidad es el peor
enemigo de la economía y este gobierno ya por ahí va mal. Con amigos así
Danilo no va bien
Por Alfredo Freites ;-
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