La idea tuvo un propósito múltiple: retomar esta
columna con carácter circunstancial para dejar la bitácora de una
enfermedad letal que pretende arrancarme la vida, pero también como
terapia que me anime a no desmayar en una lucha desigual que ataca no
sólo los órganos comprometidos sino también el sistema nervioso, altera
sensibilidades y deja vulnerabilidades descubiertas.
Por eso, cuando el director, Miguel Franjul, vino a verme y me propuso reasumir la columna, me explicó que el compromiso no tenía que ser diario, sino cuando mis circunstancias lo permitieran y me sintiera lo suficientemente animado para decir las cosas que me quedaban pendientes entre una colaboración y otra. Así lo he venido haciendo y así continuará hasta que concluya mi tratamiento en el New York Presbyterian Hospital.
Desafortunadamente algunos han malinterpretado esas ausencias para conjeturar sobre el agravamiento de mi salud, y en el peor de los casos anunciar falsamente mi fallecimiento. Ni en un caso ni en el otro ha ocurrido así: mi tratamiento de quimioterapia ha continuado avanzando positivamente, los efectos secundarios son cada vez menores y mi estado anímico ha mejorado con el paso de los días.
A principios de la próxima semana seré sometido a una evaluación sobre los avances concretos del tratamiento y sus efectos en los órganos afectados: hígado, pulmón derecho, sistema linfático. Pero la observación especializada a partir de exámenes en sangre, tacto y valores psicológicos han colocado a mi equipo médico en actitud muy positiva.
... Para decir la verdad
Hice el compromiso de decir toda la verdad sobre la evolución de mi enfermedad con el único propósito de quitarle el velo a un padecimiento físico ya casi común contra el que la ciencia médica lleva cientos de años tratando de encontrar alternativas de solución definitiva.
Por eso, cuando el director, Miguel Franjul, vino a verme y me propuso reasumir la columna, me explicó que el compromiso no tenía que ser diario, sino cuando mis circunstancias lo permitieran y me sintiera lo suficientemente animado para decir las cosas que me quedaban pendientes entre una colaboración y otra. Así lo he venido haciendo y así continuará hasta que concluya mi tratamiento en el New York Presbyterian Hospital.
Desafortunadamente algunos han malinterpretado esas ausencias para conjeturar sobre el agravamiento de mi salud, y en el peor de los casos anunciar falsamente mi fallecimiento. Ni en un caso ni en el otro ha ocurrido así: mi tratamiento de quimioterapia ha continuado avanzando positivamente, los efectos secundarios son cada vez menores y mi estado anímico ha mejorado con el paso de los días.
A principios de la próxima semana seré sometido a una evaluación sobre los avances concretos del tratamiento y sus efectos en los órganos afectados: hígado, pulmón derecho, sistema linfático. Pero la observación especializada a partir de exámenes en sangre, tacto y valores psicológicos han colocado a mi equipo médico en actitud muy positiva.
... Para decir la verdad
Hice el compromiso de decir toda la verdad sobre la evolución de mi enfermedad con el único propósito de quitarle el velo a un padecimiento físico ya casi común contra el que la ciencia médica lleva cientos de años tratando de encontrar alternativas de solución definitiva.
Hasta
hace pocos años, el cáncer se consideraba enfermedad incurable. Y aquel
que lo padecía así fuera en la uña izquierda del pie derecho, estaba
condenado a muerte. Hoy las cosas no son así
Pero en el subconsciente del dominicano, el diagnóstico de cáncer sigue siendo sinónimo de muerte segura. Y a corto plazo.
... Una carta de Aurelio
“Apreciado César: Se dice que alguien es cabeza de turco cuando es
objeto de todo el daño y las acusaciones de las que son culpables o se
les presume culpables a otros, de acuerdo con los acusadores.
“Es común que cuando se pretende señalar a alguna persona poderosa y
endilgarles maldades y cohechos se escoja a alguien alrededor suyo, un
cercano o un supuesto anillo que se anida en su alrededor: del
Presidente, por ejemplo. Peralta o Montalvo son las “cabeza de turco”
del gobierno.
“He venido observando la andanada de improperios de que vienes siendo
víctima en estos días tan difíciles para ti y para los tuyos. Supongo
que, aun cuando eres un veterano para lidiar y evaluar estos ataques,
sufres sus efectos en tus hijos inocentes y ajenos a tu carácter y tu
personalidad. Ellos solo te aman; se sabe que has sido un padre
extraordinario.
“Solo quiero transmitirte lo que pienso de todo este escarnio en las
redes y en los medios contra ti. Te han convertido en Cabeza de Turco
del Partido de La Liberación Dominicana y del gobierno. A través tuyo se
desahogan, y vierten con frases descarnadas todo el discurso hostil
anti PLD y su gobierno. Tu trance ha sido una oportunidad para
sustituir a la oposición en el trabajo que no realizas.
“El anuncio de la enfermedad o de la muerte aturde y sobrecoge. Algo
tan propio como cercano; variable común y pendiente a todos y por eso
observadas con respeto solemne.
“Solo la pasión política puede explicar que se vulnere la tradición
humana de solidaridad y de sincera compasión hacia los tocados.
Satisface que estás consciente de la dimensión abrumadora de las almas
que te acompañan en estos momentos inciertos, orando por tu pronto y
total restablecimiento. “Recibe mi abrazo solidario”, Aurelio Guerrero
Por César Medina ;-
lobarnechea1@hotmail.com
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