G‹IKÉN DEPORTIVO.- Fue un fin de semana
deportivamente feliz. Real Madrid ganó su XII “orejona”. Edilson Vólquez
lanzó un juego sin hit ni carrera. Albert Pujols conectó su jonrón 600,
y entre Durant y Curry se comieron vivo a Lebrón. Así andaba el mundo
deportivo cuando escuchamos el lamento de Los hermanos Rosario:
“Caramba, caramba, ya viene el lunes”. Llegó el lunes, y bien temprano
recibimos la noticia que los muy señores de la AMET habían realizado un
operativo para multar con mil pesos a conductores de vehículos con los
cristales tintados.
“Como las damas de falda roja y boina gris,
ay, la democracia no se toca,
se acaricia, se acaricia.”.
J. Umbrales
J. Umbrales
¡Joder! Ahora resulta que el Estado, incapaz de
ofrecernos seguridad en las calles, ahora le va a dar por prohibir el
tintado de los cristales de los vehículos. Y el asunto no es la
legalidad de la medida, sino el miedo, el sentirse vulnerable.
Mientras todo esto va ocurriendo, crece la indignación y van
apareciendo en los diarios, unos titulares imposibles, impensables,
hasta hace unos meses, por ejemplo: “MILES EN MARCHAS VERDES”.
“DECISIONES” (SIN RUBÉN).- Ahora que por su trabajo,
por default y por la incapacidad de los PRD, (el Dominicano y el
Mientras tanto) se ha convertido en líder de la oposición, o por lo
menos de la inmensa minoría que el influyente, amplia y sonora clase
media representa, el Movimiento Verde necesita decidir y definir sus
objetivos, unificar sus criterios, redefinirse ante el país. Primero
abogaban por el fin de la corrupción y la impunidad, sin apellidos.
¡Bien! Luego, la lucha se redujo al caso Odebrecht. ¡OK! Hasta ahí
íbamos bien. En el manifiesto de la marcha en San Francisco de Macorís
el movimiento pasó de la protesta a la amenaza, y de allí a la dura
advertencia: “Ö el desconocimiento del reclamo pacífico de justicia
levantado por la ciudadanía a través de las movilizaciones verdes,
podría convertirse en rebeldía y dirigir hacia los corruptos y sus
aliados la peor catástrofe jamás pensada”. De las protestas a las
propuestas, de las propuestas a la advertencia, y de ahí a un punto
donde hay que detenerse y acudir al Zen, la meditación y el yoga, oiga
usted: En la marcha verde de este domingo, en Navarrete, en el
manifiesto de la actividad se pide la renuncia en pleno del gobierno del
presidente Danilo Medina y designación de un gobierno provisional. ¡Y
así no fue que hablamos, así no podemos, profesor! Esas son palabras
mayores y del mayor riesgo para la convivencia.
GOLPES NO.- Los peledeístas -y esa vocación suicida
que tanto gobernar provoca-, pueden merecer perder el poder en las
próximas elecciones, y tal parece que se están esforzando para lograrlo.
Pero una cosa es perder unas elecciones y otras muy diferente es ser
víctima de un golpe de Estado. No. De Golpes de Estado no me hables,
amor, que el último nos retornó a la fosa trujillista en la persona de
su delfín más ilustrado y de esa fosa de autoritarismo aún no hemos
salido del todo. Así no. El país reconoce -y personalmente yo apoyo- a
un Movimiento Verde que ha promovido con sus luchas una conciencia y
militancia ciudadanas que hasta el propio presidente Medina ha
reconocido y como yo, también celebrado. Pero de golpe de Estado, no. Y
de renuncias con o sin comillas tampoco.
“ENTRE ESPUMAS”. “Para hacer espumas el hombre ha de
detenerse a mear”. Para ganar el apoyo, la confianza y finalmente el
voto de los electores hay que fajarse a trabajar desde ayer, como lo
hizo Bosch, que en 1973 fundó un minúsculo partido (muy pequeñito) que
sólo 17 años después logró rozar el poder, y 23 años más tarde lo
alcanzó. El Movimiento Verde puede ser la alternativa al PLD, pero antes
debe decidir si quiere modificar y mejorar nuestra faltosa democracia o
destruirla. Guatemala no está lejos. Así como a algunos “siempre nos
quedará París”, los pueblos insatisfechos siempre tendrán a mano unas
elecciones generales para cambiar a sus gobiernos cuando así lo decidan.
Esencia innegable y fundamental de la democracia. Con su permiso.
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