El presidente Danilo Medina aprovechó el mejor escenario para encarar
a los países desarrollados. Esos que protegen sin cortapisas a sus
productores y al mismo tiempo crean barreras contra las naciones
pequeñas, que luchan por desarrollarse.
Fue allí, en la asamblea de las Naciones Unidas, donde nuestro
presidente levantó la voz para criticar a los grandes y pedir apoyo para
los chiquitos. Consideró injusto que ellos inviertan millones en
subsidios y no permitan que los pobres hagan lo propio.
Lo hizo con vehemencia. Habló convencido de que los productores de aquí y de otras naciones pobres de la región, requieren más apoyo de sus gobernantes para cambiar su vida miserable.
Les dijo a esos que disponen de todos los millones de dólares y euros
cada año en apoyo a sus productores, que esa política del embudo debe
cambiar. Y nosotros aplaudimos el discurso del presidente. Confiamos que
en lo adelante la protección a los productores dominicanos será más
enfática y abundante.
Fue claro el presidente al referirse a esos tratados de comercio que
traban las negociaciones de los países pequeños y abren puertas a los
grandes, que se cuidan externa e internamente.
La mayoría de dominicanos nos identificamos con el discurso de Danilo
Medina. Un reducido segmento de la colectividad, sin embargo, lo
cuestionó y le restó importancia. Quienes aún no reconocen su triunfo
con 62% en el pasado proceso, dicen que lo dicho por él en la ONU “fue
solo retórica y poesía” para agradar al oído de quienes le escuchaban y
veían por la televisión y la radio. Nosotros valoramos la importancia de
sus palabras. Corresponde al gobernante mostrar a todos que lo dicho
allí no fue solo retórica como dicen algunos adversarios.
La visión y conducta hacia los productivos nacionales debe cambiar.
No basta criticar a los grandes por apoyar a los suyos, sino revisar
políticas y respaldar a los nuestros.
Para los suroestanos, el primer apoyo lo sentiremos con la
terminación del proyecto Monte Grande, que permitirá poner a producir
más de 400 mil tareas. Eso, además, ayudará a miles de familias a
cambiar sus vidas de miseria y pobreza.
El respaldo a la producción nacional tiene que incluir tambien,
negociar con mayores ventajas los tratados con otras naciones. Es claro
que los que mayor protección del Estado requieren son los más
necesitados. Si el suroeste es la región más pobre, es incuestionable
que la mirada de los gobernantes se dirija hacia ellos. Sin huelgas, sin
movilizaciones, ni peregrinaciones hemos reclamado por años...muchos
años, que nos enseñen a pescar, no que nos traigan el pescado.
Presidente, además de proteger más al productor nacional, cumpla ya con el suroeste ...construya a Monte Grande.
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