EL GUSTO.- Los reeleccionistas no tienen
remedio, y lo peor es cuando el pudor les sale por la boca. “A mí me
gusta el sistema americano. Aquí debiera aprobarse el sistema americano.
El sistema americano es una reelección, y ya”. El desiderátum, sin
embargo, no se queda cojo, sin la explicación correspondiente, y sobre
todo, sin la debida justificación. “Cuatro años es muy poco, en cuatro
años no puede hacerse una buena obra de gobierno”, y blablablá. De ser
así, lo que conviene entonces no es el sistema americano, sino el
venezolano, o el boliviano, o el ecuatoriano.
No hay por qué dar vueltas
en el aire si no se es trapecista o colocar mallas para no caer
directamente a tierra. Si cuatro años no es tiempo suficiente para
realizar una buena administración, y la reelección es buena, lo
excelente sería acogerse a muchas, y no a una sola. Nadie averigua ni
dice por qué los norteamericanos consagraron su modalidad de dos
períodos, y “masinunca”. No fue porque cuatro años eran pocos, sino
porque uno de sus presidentes actuó como rey y estuvo en el cargo hasta
que le llegó la muerte. Aunque sin afectar, de ninguna manera, la
soberanía popular...
EL MAN.- Los reeleccionistas
dominicanos no mencionan a presidentes norteamericanos ni dan razones de
que su legado fuera producto de la reelección. No. Se refieren a otros
hechos, discurren en términos más cercanos. Por ejemplo, que Leonel
Fernández considera el sistema americano como ideal, o que lo dijo, o
que lo pretendía. ¡Anjá, qué bien! Si cree en el sistema americano de
dos períodos, y ya, ¿por qué lleva tres y busca un cuarto? Lo acusan de
ser el más adelantado discípulo de Joaquín Balaguer, y no se molesta, y
peor, actúa en consecuencia. Pensará, de seguro, que si Balaguer duró
20 años en el poder ¿por qué él solo 12? Los reformistas son mejores. A
esa discusión le dan de lado. La reelección les va como a Coco Chanel
el vestido negro que impuso para toda ocasión, fuera de fiesta o de
duelo. Patentizaron el cinismo y no prestan ni venden esa licencia.
Balaguer hizo desde la derecha lo que ahora Hugo Chávez, Evo Morales,
Rafael Correa desde la izquierda. Y es que el problema no es de
reelección, sino de estarse o quedarse en el gobierno...
LA PRUEBA.-
Los seguidores de ese Leonel Fernández abanderado del sistema americano
de una reelección, y ya, revelaron su ánimo, su espíritu, la semana
pasada. Aprovecharon la presencia de la prensa en un acto dedicado a la
juventud para entonar un corito de lo más simpático: “El Congreso dijo
ya, que la reelección no va”. Si creyeran en la modalidad norteamericana
de dos períodos y ya, el estribillo hubiera sido todo lo contrario: “El
Congreso dijo ya, que la reelección es lo que va”. Sin embargo, no. Al
demonio lo que profese el líder. Están en pie de lucha política, se
afanan por el poder, y no les importa ninguna idea o cualquier propósito
que se crucen en el camino e impidan el retorno de Fernández. Como
performance resulta inigualable ver la mentira desnuda en un escenario,
pero insustituible cuando es la propia mentira que se quita la ropa. En
política cada situación tiene su tiempo, y a veces la desesperación de
afrentosa lo adelanta. Los seguidores del expresidente no se aguantaban
las ganas, querían faena, o por lo menos presentar armas...
EL CORITO.-
Acaban de hacerlo con el tema político más sensible, actualmente: la
reelección. Ellos no aprueban que el presidente Danilo Medina reedite su
mandato, y no importan las razones. Sea que lo esté haciendo bien o
que las encuestas lo coloquen en la estratosfera. Incluso, no es que no
quieran a Medina, sino que aman por sobre todas las cosas al
expresidente. La reelección cerraría por el momento el paso a su
candidato, y como dice el refrán: “Amor no quita conocimiento”. Lo del
corito de la semana pasada, sin embargo, no puede tomarse a la ligera.
Falta mucha película todavía, pero la trama va aclarándose y puede
intuirse el final. Como siempre, fueron los seguidores de Leonel
Fernández que tomaron la iniciativa, que lanzaron la primera piedra, y
la reelección militante de seguro que no se quedará con esa, y si no hay
ocasión, se la inventarán para responder ese evidente agravio. En la
entrega de ayer fue obvio que a la reelección le faltan votos en las
cámaras, y más aún si los senadores y diputados de Fernández se
resisten. Se impone asaltar esa trinchera, y es mucha la alambrada...
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