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jueves, febrero 19, 2015

El discurso de Reinaldo

EL CUIDADO.- La puesta en escena del discurso de Reinaldo Pared lució impecable en la transmisión. El guión fue seguido al pie de la letra y la claque llenó su cometido. Sin embargo, la grabación no fue fluida, como pudiera pensarse, sino que hubo por lo menos un incidente menor. En un momento el precandidato habló de cuatro años solamente, y ni un minuto más ni un minuto menos, frase que provocó inquietud entre los senadores colocados a sus espaldas. Una parte pensaba que la línea sonaba ofensiva, y la otra no. Incluso, Wilton Guerrero, haciendo honor a su apellido, dijo: “Déjenlo así, que Danilo no va a faltar a su palabra”. Andresito Vanderhorst se vio forzado a arreglar la partitura, y lo hizo a la manera de Salomón. No dividió al niño, pero como padre de la criatura buscó una salida justa. Y todos conformes. En todo caso, y es lo importante, saben que andan  en terreno movedizo y toman cuidado al pisar. No quieren ofender al presidente Danilo Medina ni con el pétalo de una rosa. No hay dudas de que creen que “Lo Mejor está por Venir”...
LA VIRTUD.- La alocución de Reinaldo Pared tiene entre sus virtudes políticas el reconocimiento del gobierno de Danilo Medina, aun cuando hace ajustes propios y más o menos muestra el perfil de lo que sería su administración. Ni muy atrás, ni muy alante, solo en el medio. Aunque no lo dijo, ni lo comenta su equipo, se aprecia un mejor enfoque de la estrategia. Decía la semana pasada que se perdían en lo claro quienes creían que Medina podía entregar sus tropas al primero que se las demandara. Que su proyecto político fue desarrollado por años, con tropiezos y caídas, y que nadie siembra para que sea otro que coseche. Reynaldo Pared fue visto en un principio como el precandidato del gobierno, y pudo haberlo sido con las credenciales de ley. Sin embargo, fue toda una ilusión, una percepción equivocada. La cercanía de Medina se quejaba de que el senador de la capital se manejaba con independencia, de que no pasaba la mano, y que en vez de solicitar apoyo, lo tomaba. Cuadros danilistas importantes lo acompañan, es verdad, pero no por cesión de lealtad, sino por sonsacamiento...
¿RELEVO?.- La R con que se promovió su comparecencia no era de reelección, como llegó a decirse en los mentideros políticos que pensaban iba a renunciar a sus aspiraciones presidenciales, y ni siquiera de Reinaldo. Oyendo y leyendo el discurso hay elementos para considerarla expresión de relevo. El recordatorio de la vez que lo sustituyó como diputado apunta en esa dirección. No sería nada nuevo que Medina le ceda el espacio, le pase la antorcha. Justo, por tanto, que lo flirtee, que le haga dulce la boca, al declarar su propósito de “continuar la obra del compañero Danilo Medina con su revolución educativa, que es un proyecto de largo plazo que no puede ser abandonado ni reducido, sino profundizado y expandido”. Esto es, un heredero de fiar. Si se preguntara al coro de  íntimos de Medina, el parecer sobre el discurso de Reinaldo Pared del pasado martes, a una sola voz  diría que  “muy buen discurso”. Si esa fue la idea, logró su cometido, pues el Palacio Nacional lucía risueño al día siguiente, como si hubiera sido de fiesta...    
LA CANASTA.-  Si el Palacio Nacional hubiera tenido canasta desde un principio, y los huevos, siendo inteligentes, se hubiesen colocados de manera holgada, sin riesgo de casquearse, el panorama oficial fuera más fluido. Ahora es ahora, y no se tiene claro lo que viene luego. Si Leonel Fernández, ante el embate de los vientos súbitos de Quirino Paulino Castillo, facilitaría la reelección, o si Danilo Medina estaría pensando en una posibilidad más extraña: descartarse ambos. No solo el discurso de Reinaldo Pared cae en gracia en las alturas del poder, sino igualmente un pronunciamiento que hiciera la semana pasada Francisco Javier García. Temístocles Montás, por su lado, dice en ocasiones que haría un gobierno parecido al de Medina. Solo que es muy teórico, con muchas ideas y poco espacio corte,  y esa no dejaría de ser una frase suelta. No obstante, hay que reconocer que estos huevos ahora buscan sal, cuando pudieron ser parte de una canasta oficial. La iniciativa debió haber sido suya, pues Medina no hace lo que Fernández en su momento: colocar piedras al azar...
Por Orlando Gil ;-
orlandogil@claro.net.do/@orlandogildice

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