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miércoles, enero 21, 2015

Hipólito: su eterna fijación

Es evidente que Hipólito tiene una fijación enfermiza contra Leonel, un caso de estudio que podría perfectamente diagnosticarse en el diván del psiquiatra o en la amena tertulia sabatina de César Mella.
Uno no puede hallarle explicación a semejante actitud de odio y rechazo sin ninguna causa entendible, a no ser las derrotas que ha sufrido en las urnas, que en cualquier mente sana no debería pasar del debate y las diferencias políticas, que jamás personales.
Lo que el señor Mejía dice de Fernández lo dice muy en serio, intenta siempre denostarlo, reducirlo, chiquitearlo… Ni siquiera es capaz de percatarse de que esa actitud no hace más que reducirlo a él, a Mejía, y descalificarlo para el debate político civilizado.
Leonel Fernández, por lo visto, lleva muchos años quitándole el sueño a Hipólito Mejía, a juzgar por la insistencia de sus ataques desconsiderados incluso en los escenarios más inadecuados… … Lo hace en público, en privado, en grupos familiares, entre sus amigos, entre partidarios, entre adversarios, en la televisión, en la radio, en sus clásicas tertulias rurales.
No desaprovecha una sola oportunidad para arremeter contra Leonel sin ninguna razón lógica, entendible, aceptable.
Su última comparecencia televisiva constituyó una muestra de sus desvaríos y fijación personal contra Fernández, a quien ni siquiera se cuida de tratar como expresidente de la República, condición que tanto reclama para sí mismo cuando otros intentan descalificarlo como líder político.
Otra vez… ¡Como Canuto!
En unos meses se cumplirán 20 años de esta fijación de Hipólito Mejía contra Leonel Fernández, que empezó cuando se fraguaba el Frente Patriótico que llevó al poder al PLD en su primera alianza con el PRSC, a principios de 1996.
Dos años antes, Leonel había sido candidato a la Vicepresidencia acompañando al profesor Bosch en la boleta peledeísta, y Mejía aspiraba a lo mismo por el PRD junto a Peña Gómez, pero Peña Gómez negoció esa posición con Fernando Álvarez Bogaert, que salió del reformismo.
Remontados los odios a esa época --que se multiplicaron a partir del 2000 cuando Mejía llegó al poder--, la fijación contra el líder peledeísta se traslada a los últimos 20 años, de los cuales el líder peledeísta ha sido Presidente de la República en 12 de ellos, mientras el autor de la inquina lo ha sido sólo en cuatro… ¡Y tuvo que salir del poder con la sábana por un canto! Lo que nadie alcanza a entender es por qué tanto odio si Leonel nunca lo ha perseguido, no lo ha insultado, no lo ha ofendido, no le ha contrariado sus constantes desatinos… Y ni siquiera lo menciona.
Como si no existiera… Para Leonel, Hipólito ni siquiera existe. Jamás se ha referido a él ni a favor ni en contra… Y es probable que esa sea la causa que motiva tanto odio. Los insultos de Hipólito a Leonel son constantes y de toda naturaleza, sin excluir las sugerencias maliciosas que se hacen pasibles de graves violaciones al Código Penal que trata de proteger la buena fama y la moral de los ciudadanos.
En su última entrevista se fue de la boca --como es usual que ocurra en sus improvisaciones televisivas--, y atribuyó a Leonel todas las perversidades imaginables… Con quien no se equivocó fue con Danilo… porque Danilo tiene el poder. Y como dice la gente simple: ¡puerco no se rasca en javilla! 
Por César Medina ;-
lobarnechea1@Hotmail.com

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