La esquizofrenia desde la antigüedad se ha
considerado como la enfermedad de los genios locos. Debido probablemente
a que hay momentos a lo largo de esta enfermedad que la mente está con
hiperactividad.
El término de esquizofrenia proviene del griego clásico σχίζειν schizein ‘dividir, escindir, hendir, romper’ y φρήν phrēn,
‘entendimiento, razón, mente. Esta podría ser una buena definición para
esta enfermedad “división de la mente”.
Este termino fue acuñado por Eugen Bleuler
en el año 1908. Este término sustituyó al de “demencia precoz” que es
como se le conocía anteriormente. Se trata de una enfermedad
psiquiátrica que se suele manifestar en las personas pasada la
adolescencia y hasta cuatro décadas después de su nacimiento
aproximadamente. No suele darse en niños (a pesar de que es posible como
por ejemplo el conocido caso de Jani Schofield), ni adolescentes ni tampoco en personas ancianas.
Los síntomas más generales que sufre una persona con esta enfermedad
son: lenguaje y pensamientos desorganizados, delirios, alucinaciones,
trastornos afectivos y conducta inapropiada o extraña. A pesar de ello,
no existe un diagnóstico claro respecto a esta enfermedad ni pruebas que
confirmen que se padece, con lo cual, el diagnóstico se obtiene a
través de la observación del paciente.
A pesar de que no se sabe muy bien cuales son las causas que provocan
esta enfermedad, varios estudios demuestran que son varias las
justificaciones que podrían explicarla. La primera de ellas es la genética y la herencia,
existen 600 genes cuya mala actividad regulada en las neuronas podría
ser desencadenante de la esquizofrenia. Respecto a la herencia, es fácil
imaginar que al igual que otras importantes enfermedades, si un
pariente cercano padece la enfermedad, es más probable que el paciente
la tenga también. Los denominados factores prenatales también
son importantes y están relacionados con ciertos factores ambientales:
virus influenza durante el primer trimestre del embarazo, desnutrición
materna o asfixia perinatal, entre otros. Los factores sociales tales
como la pobreza extrema, discriminación racial, disfunción familiar y
otros factores sociales extremos negativos también pueden ser
desencadenantes ante esta enfermedad de la mente. Por último, aunque no
está del todo clara la relación, parece que la drogodependencia
y la esquizofrenia caminan de la mano, entre ellas las que se están
estudiando como más corrosivas para la mente estarían, las drogas
alucinógenas, las anfetamínicas y el cannabis.
A continuación les mostramos dos
vídeos desarrollados por Citec-b que intentan explicar esta primera
parte de la enfermedad psiquiátrica: esquizofrenia
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