El presidente Danilo Medina lució desencajado
en la reunión de Punta Cana, aunque como siempre espléndido y cortés con
unos visitantes --Michel Martelly y Van Rompuy--, que evidentemente le
ponían presión con su presencia en territorio dominicano. Su discurso
inteligente, fino, agudo, dejó un claro mensaje a los dos visitantes, en
especial a su colega haitiano:
“Presidente Martelly, es hora
de mirarnos a los ojos, de estrechar nuestras manos y de trabajar
hombro con hombro por el fortalecimiento de cada uno de nuestros
países... Porque sólo del compromiso franco y del esfuerzo sincero de
nuestros gobiernos surgirá la semilla que haga crecer la confianza y el
respeto a ambos lados de la frontera”.
Danilo miraba a Martelly a
los ojos cuando pronunciaba estas palabras, mientras el presidente
haitiano como siempre mantenía una mirada huidiza que en ocasiones
dejaba escapar al techo como si no entendiera el idioma en que le
hablaba su par dominicano.
Porque mirarse a los ojos, actuar con
franqueza, estrecharse las manos con sinceridad y trabajar de buena fe,
no ha sido jamás la norma ni el estilo de los haitianos en casi dos
siglos de historia tormentosa entre los dos pueblos que comparten la
isla.
Específicamente en estos casi 10 meses de crisis después de
la sentencia 168/13 cuando los haitianos han actuado con marcado doble
estándar, diciendo una cosa y haciendo otra, manejándose políticamente
con una cara y diplomáticamente con otra, con una sonrisa en los labios y
una daga en la mano...
Valora apoyo de la UE...
Danilo reconoció el apoyo que ha dado la UE a la República Dominicana a través de su programa de cooperación, y le instó a realizar un mayor esfuerzo en áreas claves de la zona fronteriza como la promoción de la salud con especial énfasis en la reducción de la mortalidad materno infantil.
Danilo reconoció el apoyo que ha dado la UE a la República Dominicana a través de su programa de cooperación, y le instó a realizar un mayor esfuerzo en áreas claves de la zona fronteriza como la promoción de la salud con especial énfasis en la reducción de la mortalidad materno infantil.
“(...)
Me gustaría animar a la UE a apoyar la puesta en marcha de dos
hospitales fronterizos que permitan mejorar la atención a la población
que habita a lo largo de más de 200 kilómetros, la mayoría en condición
de vulnerabilidad”, dijo el presidente Medina.
Valoró también que
la Unión Europea siga acompañando el esfuerzo dominicano para mejorar el
comercio con Haití a través de asesorías y asistencia técnica en
materia aduanera.
Con rostro adusto, duro...
Al presidente Medina no se le vio sonreír ni siquiera diplomáticamente en Punta Cana, pero la víspera tampoco cuando recibió al presidente de la Unión Europea en Palacio previo a la reunión trilateral del martes.
Al presidente Medina no se le vio sonreír ni siquiera diplomáticamente en Punta Cana, pero la víspera tampoco cuando recibió al presidente de la Unión Europea en Palacio previo a la reunión trilateral del martes.
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César Medina |
El
Presidente haitiano llegó a la reunión con más de una hora de retraso,
algo sencillamente inadmisible en la diplomacia internacional, menos
tratándose de un encuentro de jefes de Estado donde cada detalle está
previsto por el protocolo con mucho tiempo de antelación.
Más
molesto que el anfitrión dominicano lucía el presidente de la UE,
acostumbrado al rigor diplomático infalible en el tiempo e impensable
para él que un Presidente falle en el protocolo susceptible de alterar
las agendas de otros jefes de Estado. Pero esa actitud no es nada
extraña para el Presidente haitiano.
Martelly rompe el protocolo
en todo, tanto que ya en la diplomacia internacional se le reconoce como
el más informal de todos los presidentes iberoamericanos y a nadie
extrañó cuando llegó tarde hasta a una cita con el Papa Francisco...
¡Quizás por esa tardanza burlona no miró nunca a los ojos a Danilo Medina...!
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