Tengo, Moisés Batista puede decir, sastrería, crédito y muchos jeans.
Tres empleados, Banca Solidaria y ventas en San Juan, Elías Piña, Azua y
Barahona, decir. No usureros, no prestamistas, contento decir, sino
crédito de cien mil a 1% de interés.
Conocer la historia del sastre Moisés Batista, escucharle decir, nos
recuerda a Nicolás Guillén, al gran poeta cubano y su universal poema
Tengo. Escrito poquito después del triunfo de la Revolución Cubana de
1959, sus versos a los derechos recién adquiridos por los cubanos
todavía estremecen y obligan a la paráfrasis. Tengo, pudo y puede decir
el cubano y la cubana, derecho a la educación, a la salud, a la tierra,
al trabajo, a tener patria, a no ser discriminado por negro, mulato,
mujer o pobre.
Hoy, en República Dominicana, con la política de democratización del
crédito que lleva a cabo el gobierno de Danilo Medina, a través de Banca
Solidaria, los micro, pequeños y medianos empresarios pueden decir
Tengo derecho al crédito, Tengo derecho a una tasa de interés con la que
mi negocio puede crecer y Tengo derecho a que mi familia pueda
prosperar. 
Y eso ha hecho Banca Solidaria con Moisés Batista y su sastrería. Le ha prestado cien mil pesos al 1% por ciento de interés mensual para que pueda coser, vender y ganar, también contratar, como lo ha tenido que hacer, a tres sastres más.

Desde su creación, Banca Solidaria ha otorgado 68,000 préstamos con una asombrosa tasa de retorno de 99%. Moisés es uno de ellos, nos dice, paga su cuota casi siempre antes de la fecha que le toca.

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