Es más de lo mismo: PLD sin autocrítica

Rápidamente el PLD movió sus fichas pa­ra reparar las brechas que se producen en el tarantínno fue para organizar na­da porque todo lo esencial quedó igual, salvo la secre­taría general, por la renun­cia de su titular, y porque ahora Danilo Medina Sán­chez se consagra como Leo­nel, que fue presidente del gobierno y también del par­tido.

Esta medida fue para demostrar que también es un líder y para defen­derse de lo que se le vie­ne encima.

En un partido boschista, lo razonable, luego de su­frir tres derrotas políticas en tramo corto, sería un congreso que analizara las causas de perder el poder y alejar de sus filas a los delincuentes. Pero, el PLD no puede ser autocrítico, porque tendría que pres­cindir de Danilo.

En vez de un congreso autocrítico que enrutara al partido hacia la reorga­nización, lo realizado por Danilo fue más de lo mis­mo. Demostró que es el dueño de la marca y líder del atajo.

El desmembramiento del PLD se produce en ejercicio del poder y Danilo puede solazarse por quedarse con la obra de Juan Bosch. Se­guramente que así lo pensa­rá. El “Síndrome de Hibris”, padecimiento que lo des­enfoca, lo hace verse como mejor que el fundador del partido porque duró ocho años en el poder y tiene más dinero.

El futuro del PLD es pre­decible. Seguirá deshoján­dose. Hasta los más tími­dos o temerosos de Danilo irán abandonando la enti­dad. En tiempos de demo­cracia no sobrevive una es­tructura autocrática. Los boschistas no se quedarán a rendir culto al émulo de dictadores.

Hace años advertí que el PLD dependía del manejo de las contradicciones en­tre Danilo y Leonel. Una confrontación difícil de manejar. Danilo no quería dejarle espacio a Leonel y éste no aceptaba otra re­elección.

Al final, a Leonel le sa­lió mejor. Tuvo un relan­zamiento. Lo iba a afectar mucho pactar con Danilo y su corte de corruptos.

Por Alfredo Freites;-

alfredofreitesc@gmail.com