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viernes, marzo 08, 2019

Meter la pata es nueva marca de fábrica

Un lector me dijo que todo lo malo se pega al comparar la actuación de Jean Alain y otros funcionarios que irrespetan las normas que regulan la actividad del Consejo de la Magistratura. Entendí que, así como no respetan la Constitución, ni los reglamentos, tampoco lo hacen con las ideas ajenas.
Podría coincidir con ese punto de vista debido a que, así como el presidente Danilo Medina no acepta el respeto de la Carta Magna como base de la democracia, el procurador viola las normas del Consejo de la Magistratura para agredir a la jueza Miriam Germán.
Se podría decir que como el jefe de la casa no entiende que el poder tiene límites, sus secretarios deben hacer lo mismo.
Sin embargo, al ver que el procurador Jean Alain Rodríguez sigue batiendo el lodo salpicando a otros más de su entorno, estoy de acuerdo con que lo malo se pega. El yerro se impone como marca de fábrica del danilismo.
Contrario a lo esperado, de pedir disculpas y pasar la página, se inventan un galimatías, un cuento de camino para tratar de explicar el espionaje electrónico contra la magistrada Miriam Germán Brito.
Además de hacer imputaciones valiéndose de supuestos anónimos, que viola el protocolo del CNM, Jean Alain pasa por encima de la Constitución al ordenar espiar a un juez sin notificarlo al presidente de la Suprema Corte de Justicia.
A los reeleccionistas todo le sale mal. Resulta que el número de la magistrada objeto del atentado a su vida privada era presuntamente de un supuesto narcotraficante, pero este había muerto nueve días antes del inicio del espionaje. El procurador no se percató que iban a espiar a un espíritu. Otra es la confusa acusación que hace un juez a quien la Embajada retiró la visa hace dos años. Este lunes día 4 el procurador incluyó la supuesta denuncia del magistrado José Gregorio Bautista Vargas sobre supuestas presiones de la magistrada Miriam Germán para beneficiar a dos narcos, pero resulta que el documento de marras fue escrito el día seis.
El procurador además de muñeco del ventrílocuo es adivino o reincide en acusar de oídas. Violando el reglamento, nuevamente es intolerante.
Es una retahíla de malos pasos para manchar la reputación de Miriam Germán. Aplican la fórmula de “calumnia que algo queda”.
Dañaron la reunión del Consejo de la Magistratura. Todo les sale mal.
Por Alfredo Freites ;-
alfredofreitesc@gmail.com

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