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miércoles, febrero 20, 2019

Primarias son como el pan chiquito

El pan chiquito nadie lo quiere. Así pasa con las primarias abiertas y simultáneas que forman parte de la vitrina de la Ley de Partidos.
La imprudente, injusta e ilegal legislación fue una imposición del sector reeleccionista que hasta tuvo que comprar a legisladores del PRM y del PRSC para lograr colarla. El rechazo se mantiene y su rumbo es incierto.
Además de ser ilegal y una vergonzosa imposición, estas primarias abiertas y simultáneas costarán más de mil millones de pesos. No importa que se diga que los aporta un partido o el gobierno. Es un derroche. Es una acción descabellada.
Los partidos no son una industria que produce dinero. Al contrario, las agrupaciones políticas son mantenidas por el Estado.
Gastar más mil millones de pesos para saber quiénes son los candidatos favoritos en un partido es un gasto espeluznante. Es un despropósito mayúsculo. Damos la impresión de que aquí sobra el dinero y hay que buscar en qué gastarlo.
El año pasado la Junta Central Electoral dijo, a través de Mario Núñez, que los 5,600 millones de pesos estimados inicialmente para unas primarias se redujeron a 4,200 millones, ya que una parte de esos gastos ya fueron incluidos en el presupuesto operativo electoral para el 2019.
Ante los partidos, que fueron citados a la JCE, el presidente, Julio César Castaños Guzmán dijo en esa ocasión que organizar las primarias abiertas y simultáneas costaría al país la misma cantidad de dinero que unas elecciones generales.
El presupuesto para las primarias está como bola de ping pong que recorre de un lado a otro la cancha. Los miembros de los partidos la rechazan porque la legislación anula su poder de selección de quien consideran mejor candidato.  Los dirigentes y militantes son igual a cero.
Los abogados dicen que la Ley de Partidos es inconstitucional porque viola el carácter privado de los colectivos y borra su naturaleza; los políticos con vocación electoral entienden que las primarias abiertas los harían invertir el doble porque competirían en dos elecciones una contra sus compañeros de partidos y otra contra los de otras agrupaciones; la JCE sabe que organizarlas sería  asumir un gran y costoso riesgo y la oposición sabe que las primarias abiertas mostrarán la enorme diferencia de las simpatías políticas con una gran ventaja para el PLD.
En pocas palabras, los que apoyan las primarias abiertas y simultáneas son los que venden insumos electorales.
Por Alfredo Freites ;-
alfredofreitesc@gmail.com

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