HISTORIA AMENA.- Entre reformistas se cuenta una
historia que da más ganas de reír que de llorar. Amena, pero tan amena
que parece un sueño de mañana en domingo antes de cantar la lotería.
Supieron el jueves que, el Tribunal Superior Electoral había fallado y
que era cuatro a uno a favor, e incluso, contentos, se reunieron en la
casa de uno de sus dirigentes a comentar, celebrar y decidir próximos
pasos. Todo eso ocurrió con el gallo en la funda, pero a la hora de la
faena, ya en el coliseo, no era tan altivo ni de tan bonitas plumas.
Era
ciertamente cuatro a uno, pero no a favor, sino en contra. ¿ Qué
realmente había pasado ? Unos hombres vestidos de negro, como si se
tratara de una novela de John Grisham, habían cambiado la sentencia. No
habían ganado, tampoco perdido, pero la situación volvía a su posición
anterior. Impugnarla no era posible, como tampoco acatarla más allá de
sus términos. Si Quique Antún hubiera resignado la presidencia, ésta
hubiera ido a manos de Luis Bogaert, en su condición de primer
vicepresidente. La iglesia – al fin -- en manos de Lutero después de
tanto luchar en contra de la reforma. Todavía no se tienen claras las
decisiones, ni se conoce la reacción de los disidentes, pero sí
determinado a no entregar…
A LA MANERA PRD.- Los reformistas piensan hacer como
los perredeístas e irse por la tangente. Como el fallo que los afecta
se parece al de los perredeístas, la reacción sería semejante. Acatar
como acató Miguel Vargas la sentencia del Tribunal Superior Electoral, y
con alegato más, alegato menos, quedarse al frente del partido. Quique
Antún, al igual que Vargas, no entregará la corona ni cederá el trono. Y
por igual las demás posiciones que se corresponden con el mandato
anterior que -- se dice -- sigue vigente. Aunque ese no sería el caso de
Eddy Alcántara y la presidencia en funciones de Ito Bisonó. Alcántara
sale y Bisonó retorna, si se acepta la decisión del TSE que anula lo
principal y lo accesorio de la asamblea en conflicto. Los seguidores de
Antún no parecen estar a una, en cuanto a estrategia, pero sí respeto a
que debe mantener el mando. Fértiles de mente, algunos plantean lo de
‘Las Mil y una Noches.’ Hacer un cuento nuevo cada día. Error de
carpeta. Un golpe de mano no se puede subsanar con otro golpe de mano,
sino con un golpe de institucionalidad. Los reformistas de la
franquicia, como se les llama, o de la disidencia, nombre alterno, están
obligados a volver a la legalidad, por muy dura y difícil que sea. El
TSE no resuelve nunca, sea lo que fuere que falle. Solo acredita, y en
política hace falta algo más. El consentimiento de las partes…
A MENOR COSTO.- Los estrategas reformistas de oficio
consideran que la contrariedad provocada por el fallo del Tribunal
Superior Electoral, no es nada del otro mundo o que no pueda remediarse.
Con conocimiento de causa y de campo, creen que todo puede resolverse a
menor costo y tiempo, incluso sin prisa, si el TSE no dio a los
reformistas plazos perentorios como a los perredeístas. Quique Antún,
bajo ese predicamento, podría salirse de nuevo con las suyas, y sin el
consiguiente fastidio del órgano. Solo hacer las cosas como Dios manda y
la ley impone. La noción sería práctica y utilitaria. Un partido como
el Reformista que maneja 18 millones de pesos al mes, puede celebrar una
asamblea cuando quiera y sus directivos lograr que se apruebe lo que
desee. Con un cero mata cero, el gasto sería menor de seis millones de
pesos, pues los favorecidos se acogerían a las limitaciones y admitirían
las precariedades. El cuórum no sería problema, y se vio que las dos
asambleas no fueron anuladas por falta de gente o de calidades, sino por
asuntos de convocatoria. Si se deja de lado lo artero, lo engañoso, y
se deja trabajar a la transparencia, el resultado podría ser
inobjetable.
Incluso, como se entrevén las cosas, habrá que atender más el cartón
del Tribunal que de los oponentes internos. Antes se decía que, después
del palo dao ni Dios lo quitaba. Ahora no puede aplicar ese criterio,
pues el palo dao el TSE lo quita…
CUESTIONES MENORES.- Este Tribunal Superior
Electoral, lo mismo que el precedente, tiene una intención que a los
partidos les resbala. O no advierten. Que los dirigentes resuelvan entre
sí antes de acudir a su instancia legal, pues los problemas políticos, y
en cierto modo personales, deben solucionarse con los instrumentos de
la política y de la psicología.
Si los reformistas y los perredeístas celebraran nuevas asambleas,
justo que sea con todos o entre todos, de manera que no haya ocasión,
circunstancia o condición para someter recursos de amparo o de
impugnación ante el árbitro electoral. Incluso deben cuidarse de la
peregrina creencia de que el TSE estará disponible para atender, ya no
el reclamo de sus derechos desconocidos, sino sus majaderías, sus
necedades. Pues como debe saberse, hay de todo en la Viña del Señor.
Escobita nueva barre bien, y el TSE por ahora está haciendo el
trabajo a satisfacción. Aún cuando no se corresponde con su naturaleza
ni su origen. Acreditada y afamada por el momento, luce impecable. Como
no pueden denunciarlo, los partidos y los políticos acogen sus fallos, y
como se afirma de viejo: La banca pierde y se ríe. Sin embargo, no debe
perderse de vista que una cosa es la forma y otra el contenido.
Los casos puestos sobre el tapete no alteran el orden establecido de
la política, y el TSE puede darse esos lujos de decidir a conciencia.
Aunque cuestiones vendrán…
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