No hay mayor evidencia de que el movimiento Verde
perdió su impacto --lanzado miserablemente al desaguadero nacional--,
que la demostración de debilidad aportada ayer por Alianza País y su
líder Guillermo Moreno al presentar una instancia ante la Procuraduría
para que Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipólito Mejía sean imputados
en el escándalo Odebrecht.
El acusador --que es abogado--, sabe que semejante necedad no va a prosperar.
¿Va el Procurador a encartar al Presidente? Pero está claro que el propósito es agregar páginas a un expediente con fallas de origen que en un primer momento convocó la solidaridad nacional. ¿Quién no quiere que cesen la corrupción y la impunidad?
Lo que Moreno busca con esa torpeza es capitalizar lo que pueda quedar de un movimiento en desbandada que pudo tener mejor suerte de haber sido dirigido por gente con un mínimo de sensatez para interpretar que la voluntad del pueblo no puede ser narigoneada hasta llevarla al zafacón por un fanatismo que intentó pasarse de listo y perdió su propia perspectiva.
El acusador --que es abogado--, sabe que semejante necedad no va a prosperar.
¿Va el Procurador a encartar al Presidente? Pero está claro que el propósito es agregar páginas a un expediente con fallas de origen que en un primer momento convocó la solidaridad nacional. ¿Quién no quiere que cesen la corrupción y la impunidad?
Lo que Moreno busca con esa torpeza es capitalizar lo que pueda quedar de un movimiento en desbandada que pudo tener mejor suerte de haber sido dirigido por gente con un mínimo de sensatez para interpretar que la voluntad del pueblo no puede ser narigoneada hasta llevarla al zafacón por un fanatismo que intentó pasarse de listo y perdió su propia perspectiva.
Nueve
meses después de una feroz campaña contra el liderazgo político
tradicional, la gente se ha dado cuenta que a ese tal Movimiento Verde
lo movía el interés particular de grupos políticos minoritarios que si
los juntan a todos no llegan ni siquiera al dos por ciento de la
votación nacional.
Marcha Verde se fue descolorando con el paso del tiempo. Hace rato
fue advertido por esta columna para que tratara de corregir el rumbo
pensando que constituía una alternativa de adecentamiento público que
debía ser aprovechada para reorientar el liderazgo nacional sobre un
tema viejo que aquí se ha convertido en una cultura...
...Contaminación total
La lucha contra la corrupción no puede limitarse al ejercicio público.
Es un mal sistémico que se ha convertido en una pandemia mundial. Y como
tal hay que aplicar correctivos sin criterio de selectividad, sin
vendettas, sin particularidades, sin sesgos partidarios en el entendido
de que bajo esos criterios el remedio suele ser peor que la enfermedad.
En sus inicios, sus promotores concitaron el apoyo de amplios
sectores --incluyendo empresariales y hasta religiosos--, que cayeron
seducidos por un mensaje engañoso para poner “fin a la corrupción y la
impunidad”. Es como si ahora se llamara a la solidaridad contra la
inseguridad ciudadana. ¿Quién no quiere esoÖ?
No tardó mucho para que se les cayera el antifaz. Quienes comenzaron a
dar la cara fueron activistas de ONGs, comunicadores claramente
tendenciados contra el gobierno, contra Danilo y contra el PLD, y luego
le fueron agregando nombres como Hipólito Mejía, hasta que sólo les
faltó uno en el liderazgo político tradicional: Luis Abinader.
Por supuesto, ese tenía que ser: su candidato, a quien habían
asesorado en el anterior proceso electoral llevándolo a cometer errores
que lo fueron reduciendo hasta perder de Danilo con una diferencia de 26
puntos porcentuales: 62-36. Pero aún así el fanatismo los lleva a
desconocer el resultado electoral.
..Pero aún hay más
No sólo pidió Moreno que imputen a Danilo, a Leonel y a Hipólito, a
quienes vincula a los sobornos de Odebrecht, sin aportar una sola
prueba, sino que también mete en el paquete a Reinaldo Pared, Cristina
Lizardo, Abel Martínez, Rubén Bichara, Vicente Bengoa, Daniel Toribio y
Simón Lizardo.
Es fácil observar que del grupo todos son peledeístas, menos Hipólito
Mejía. Pero eso no es fortuito. La explicación es que Mejía es
contendor de Abinader en la lucha por la candidatura presidencial del
PRM. Le conviene dejar a ese fuera del paquete. Porque si gana la
nominación, como luce indicar, hay que prepararle el expediente...
Por César Medina ;-
lobarnechea1@hotmail.com
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