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domingo, agosto 27, 2017

Verde se puso lila

No hay mayor evidencia de que el movimiento Verde perdió su impacto --lanzado miserablemente al desaguadero nacional--, que la demostración de debilidad aportada ayer por Alianza País y su líder Guillermo Moreno al presentar una instancia ante la Procuraduría para que Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipólito Mejía sean imputados en el escándalo Odebrecht.
El acusador --que es abogado--, sabe que semejante necedad no va a prosperar.
¿Va el Procurador a encartar al Presidente? Pero está claro que el propósito es agregar páginas a un expediente con fallas de origen que en un primer momento convocó la solidaridad nacional. ¿Quién no quiere que cesen la corrupción y la impunidad?
Lo que Moreno busca con esa torpeza es capitalizar lo que pueda quedar de un movimiento en desbandada que pudo tener mejor suerte de haber sido dirigido por gente con un mínimo de sensatez para interpretar que la voluntad del pueblo no puede ser narigoneada hasta llevarla al zafacón por un fanatismo que intentó pasarse de listo y perdió su propia perspectiva.
Nueve meses después de una feroz campaña contra el liderazgo político tradicional, la gente se ha dado cuenta que a ese tal Movimiento Verde lo movía el interés particular de grupos políticos minoritarios que si los juntan a todos no llegan ni siquiera al dos por ciento de la votación nacional.
Marcha Verde se fue descolorando con el paso del tiempo. Hace rato fue advertido por esta columna para que tratara de corregir el rumbo pensando que constituía una alternativa de adecentamiento público que debía ser aprovechada para reorientar el liderazgo nacional sobre un tema viejo que aquí se ha convertido en una cultura...
...Contaminación total
La lucha contra la corrupción no puede limitarse al ejercicio público. Es un mal sistémico que se ha convertido en una pandemia mundial. Y como tal hay que aplicar correctivos sin criterio de selectividad, sin vendettas, sin particularidades, sin sesgos partidarios en el entendido de que bajo esos criterios el remedio suele ser peor que la enfermedad.
En sus inicios, sus promotores concitaron el apoyo de amplios sectores --incluyendo empresariales y hasta religiosos--, que cayeron seducidos por un mensaje engañoso para poner “fin a la corrupción y la impunidad”. Es como si ahora se llamara a la solidaridad contra la inseguridad ciudadana. ¿Quién no quiere esoÖ?
No tardó mucho para que se les cayera el antifaz. Quienes comenzaron a dar la cara fueron activistas de ONGs, comunicadores claramente tendenciados contra el gobierno, contra Danilo y contra el PLD, y luego le fueron agregando nombres como Hipólito Mejía, hasta que sólo les faltó uno en el liderazgo político tradicional: Luis Abinader.
Por supuesto, ese tenía que ser: su candidato, a quien habían asesorado en el anterior proceso electoral llevándolo a cometer errores que lo fueron reduciendo hasta perder de Danilo con una diferencia de 26 puntos porcentuales: 62-36. Pero aún así el fanatismo los lleva a desconocer el resultado electoral.
..Pero aún hay más
No sólo pidió Moreno que imputen a Danilo, a Leonel y a Hipólito, a quienes vincula a los sobornos de Odebrecht, sin aportar una sola prueba, sino que también mete en el paquete a Reinaldo Pared, Cristina Lizardo, Abel Martínez, Rubén Bichara, Vicente Bengoa, Daniel Toribio y Simón Lizardo.
Es fácil observar que del grupo todos son peledeístas, menos Hipólito Mejía. Pero eso no es fortuito. La explicación es que Mejía es contendor de Abinader en la lucha por la candidatura presidencial del PRM. Le conviene dejar a ese fuera del paquete. Porque si gana la nominación, como luce indicar, hay que prepararle el expediente...
Por César Medina ;-
lobarnechea1@hotmail.com 

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