Una de las cosas buenas que ha traído la
tecnología son las aplicaciones para teléfonos inteligentes, desde las
cuales el ciudadano puede notificar a las autoridades situaciones que
entienda anormales, peligrosas o fuera de la ley.
Mediante estas aplicaciones, el usuario puede tomar una fotografía a una tubería de agua rota, a los hoyos de una calle o acera, a basuras acumuladas o postes y alambrados en mal estado, y enviarla a los organismos que se ocupan de estos servicios públicos.
Es lo que está haciendo, en un gran paso innovador, el alcalde de Santiago, Abel Martínez, al ofrecer la aplicación “Cuéntame”, a través de la cual los munícipes documentan sus quejas o denuncias de situaciones problemáticas al ayuntamiento, y este les da respuesta de inmediato.
Mediante estas aplicaciones, el usuario puede tomar una fotografía a una tubería de agua rota, a los hoyos de una calle o acera, a basuras acumuladas o postes y alambrados en mal estado, y enviarla a los organismos que se ocupan de estos servicios públicos.
Es lo que está haciendo, en un gran paso innovador, el alcalde de Santiago, Abel Martínez, al ofrecer la aplicación “Cuéntame”, a través de la cual los munícipes documentan sus quejas o denuncias de situaciones problemáticas al ayuntamiento, y este les da respuesta de inmediato.
Esto
ha sido una excelente novedad para la gobernanza municipal en Santiago
que, ojalá pueda ser replicada por otros ayuntamientos del país.
Santiago ha dado de nuevo otro ejemplo, que bien vale emular.
Una aplicación semejante a la de “Cuéntame” será utilizada por los
ministerios de Salud Pública y de Industria y Comercio para que los
consumidores puedan hacer fotos de productos con etiquetas vencidas,
medicinas sospechosas de ser falsas o adulteradas, alimentos en mal
estado y cualquier otra anormalidad detectada en los establecimientos
comerciales.
Denominada DigemApps y diseñada por jóvenes innovadores dominicanos,
esta aplicación debe convertirse en un buen antídoto contra la gran
cantidad de productos en mal estado, dudosos o defectuosos, que se
comercializan en el mercado, en franco perjuicio para los consumidores.
Como vivimos en una sociedad donde abundan estas prácticas,
especialmente con medicinas, bebidas, alimentos y utensilios dañados o
falsificados, estas Apps pueden constituir herramientas de utilidad
para la defensa del consumidor, que equivale a decir, defensa de su
calidad de vida y de sus bolsillos.
Hay que estimular la invención de más Apps utilitarias para que el
ciudadano pueda vivir con más garantías de que no será engatusado o
vilmente estafado con la diversidad de productos y servicios de baja,
dudosa o ninguna calidad que hoy inundan los mercados.
Tomado del editorial de
de la fecha
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