El salvaje estrangulamiento de una niña de seis
años en Higüey, la semana recién pasada, ha añadido otra cruz al
cementerio de los miles de niños y niñas abusadas y asesinadas cada año
en nuestro país.
El ataque a la niñez se ha entronizado como una luctuosa epidemia y la sociedad poco hace para parar en seco esta sangría.
Más de 60,000 denuncias sobre acoso, violación sexual, incesto,
seducción, raptos y asesinatos de menores se formalizan cada año, sin
incluir los casos de violencia familiar, física o verbal, que cada vez
son los más.
En los últimos dos años, la media de casos judicializados es de
2,000, lo que nos ofrece una idea aproximada de la magnitud de esta
tragedia social, a sabiendas de que estas cantidades se multiplican en
los casos no denunciados.
Los estudiosos del fenómeno llegan incluso más lejos en sus
apreciaciones: creen que el 30 por ciento de la población infantil ha
sufrido abusos de distintos tipos.
Una apretada síntesis permite calcular que un promedio de seis niños
son agredidos cada día, de múltiples formas, en nuestro país, sin que
esas escalofriantes realidades estremezcan a la sociedad, más enfocada
en otros asuntos pasajeros.
LISTÍN DIARIO inicia hoy una serie de reportajes sobre este drama,
que no se limita a cuantifi caciones de casos y categorías de abusos,
sino que va más allá, a las consecuencias de los menores traumatizados
latentes en sus vidas de adultos.
Ojalá que toda la sociedad se sensibilice y se sienta motivada a
cooperar en la lucha contra este fl agelo, que tiene múltiples aristas y
que refl eja el estado de deterioro en que se encuentran los derechos
de la niñez y la adolescencia, los ciudadanos del futuro.
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