CONSULTA Y CONSENSO.- La
pregunta da vuelta en la cabeza y más que difícil hacerla por las
implicaciones. Si para el Código Penal no se consulta ni se llega a
consenso con los delincuentes ¿por qué sí se consulta y se busca
consenso con los partidos para su consiguiente ley? Los infractores son
infractores, y la sociedad debe estar por encima de los núcleos de la
componen. El problema de la Ley de Partidos no es el punto tal o el
punto cual, sino que los grupos políticos se resisten. Quieren seguir
sin pastoreo, como chivos que se alimentan de orégano en la sabana.
Los dirigentes olvidan adrede del origen del nuevo estatuto. No fue como la tabla de Moisés dictada por el Dios de Israel en las alturas del Monte Sinaí. Fue respuesta a inquietudes, a situaciones, a circunstancias. Si todo anduviera bien entre los partidos, y hubiera nobleza y convivencia posible, ninguna de las iniciativas que se conocen se hubiera producido. Fueron las experiencias del pasado y del presente que llevó a llamar al diablo, y ahora que el diablo acude a la cita, huyen como lo haría el diablo si viera la cruz...
ENTONCES TAMPOCO.- Si los partidos o sus dirigentes estuvieran convencidos de que la Ley sería provechosa y crearía condiciones favorable a su dominio de la situación, hace mucho que esa legislación estuviera vigente. El primer acercamiento ya nadie lo recuerda ( país de escasa memoria ) fue a finales del siglo pasado, ante la inminencia de elecciones municipales y cuando José Francisco Peña Gómez promovió la idea del financiamiento de los partidos vía Presupuesto Nacional. Lo justo hubiera sido entonces una ley general de partidos en que se reglamentara todo lo concerniente a la política. Pero Peña Gómez andaba rápido, lo que quería era dinero para la campaña y no una discusión profunda sobre haberes o carencias. Aunque sí se hizo el compromiso de volver sobre el tema más adelante. Ese más adelante es ahora, solo que no se recuerda, y cada cual cree comérsela cuando acusa al contrario de las dificultades presentes. Hubo oportunismo esa vez, y con iguales vivezas ahora se intenta frustrar la oportunidad. Las excusas adolecen todas de consistencia, y el gadejo se impone como la peor de las perversiones...
VIENTRE Y GESTACION.- Entre los muchos olvidos se pierde otro hecho real. El proyecto que cursa en las cámaras (o que está en manos de las comisiones correspondientes) no fue iniciativa de ningún partido. Fue obra de la Junta Central Electoral, y se sabe que ese es un poder que le otorga la Constitución. Y algo más. Para elaborar esa pieza hubo que dar muchos saltos: talleres, seminarios, consultas, asesorías. Fueron muchos los expertos nacionales y extranjeros que aportaron ciencia, del mismo modo que se tomaron en cuenta experiencias propias y ajenas. No es perfecta, nada humano lo es, pero sí más suficiente y capaz que el actual régimen, sin ninguna consecuencia. Se le hicieron reparo entonces y podrían hacérsele ahora, mucho más que la dinámica de los procesos supera y deja corta cualquier legislación. Aquí cada cuatro años hay un lío, y todo porque se quiere tender la ropa antes de lavarla. Nadie presta la batea o el río queda muy lejos...
FUERON POR LANA.- Antes de Semana Santa los partidos del Bloque Opositor fueron a la Junta Central Electoral a solicitar su mediación en la Ley de Partidos, y al mismo tiempo sus pares del Foro Permanente demandaron en nota de prensa que se les escuchara, sin importar el escenario. No tienen complejo de montaña ni de Alá: Van donde haya que ir. El organismo de elecciones les dijo a los primeros que pusieran por escrito su petición, y los segundos solo tienen que esperar que la comisión los convoque. Lo cual está en sus planes. Lo de la mediación, sin embargo, no es tan fácil. Para mediar se necesitan dos partes, y se conoce el ánimo de una, la oposición, pero no de la otra, el oficialismo. Julio César Castaños es un hombre guabinoso, y habitante del Trópico no tiene porque irse a perder en un monte de la China. Si el PLD no se pone en esa y acepta la mediación, habrá rezos, pero fuera del templo. ¿ Puede el secretario general del partido de gobierno desdecirse, y después de afirmar, como toda una proclama, que cualquier diálogo tiene que ser en la Feria, trasladarse a la Plaza de la Bandera ? Reynaldo dejaría de ser Reynaldo...
Los dirigentes olvidan adrede del origen del nuevo estatuto. No fue como la tabla de Moisés dictada por el Dios de Israel en las alturas del Monte Sinaí. Fue respuesta a inquietudes, a situaciones, a circunstancias. Si todo anduviera bien entre los partidos, y hubiera nobleza y convivencia posible, ninguna de las iniciativas que se conocen se hubiera producido. Fueron las experiencias del pasado y del presente que llevó a llamar al diablo, y ahora que el diablo acude a la cita, huyen como lo haría el diablo si viera la cruz...
ENTONCES TAMPOCO.- Si los partidos o sus dirigentes estuvieran convencidos de que la Ley sería provechosa y crearía condiciones favorable a su dominio de la situación, hace mucho que esa legislación estuviera vigente. El primer acercamiento ya nadie lo recuerda ( país de escasa memoria ) fue a finales del siglo pasado, ante la inminencia de elecciones municipales y cuando José Francisco Peña Gómez promovió la idea del financiamiento de los partidos vía Presupuesto Nacional. Lo justo hubiera sido entonces una ley general de partidos en que se reglamentara todo lo concerniente a la política. Pero Peña Gómez andaba rápido, lo que quería era dinero para la campaña y no una discusión profunda sobre haberes o carencias. Aunque sí se hizo el compromiso de volver sobre el tema más adelante. Ese más adelante es ahora, solo que no se recuerda, y cada cual cree comérsela cuando acusa al contrario de las dificultades presentes. Hubo oportunismo esa vez, y con iguales vivezas ahora se intenta frustrar la oportunidad. Las excusas adolecen todas de consistencia, y el gadejo se impone como la peor de las perversiones...
VIENTRE Y GESTACION.- Entre los muchos olvidos se pierde otro hecho real. El proyecto que cursa en las cámaras (o que está en manos de las comisiones correspondientes) no fue iniciativa de ningún partido. Fue obra de la Junta Central Electoral, y se sabe que ese es un poder que le otorga la Constitución. Y algo más. Para elaborar esa pieza hubo que dar muchos saltos: talleres, seminarios, consultas, asesorías. Fueron muchos los expertos nacionales y extranjeros que aportaron ciencia, del mismo modo que se tomaron en cuenta experiencias propias y ajenas. No es perfecta, nada humano lo es, pero sí más suficiente y capaz que el actual régimen, sin ninguna consecuencia. Se le hicieron reparo entonces y podrían hacérsele ahora, mucho más que la dinámica de los procesos supera y deja corta cualquier legislación. Aquí cada cuatro años hay un lío, y todo porque se quiere tender la ropa antes de lavarla. Nadie presta la batea o el río queda muy lejos...
FUERON POR LANA.- Antes de Semana Santa los partidos del Bloque Opositor fueron a la Junta Central Electoral a solicitar su mediación en la Ley de Partidos, y al mismo tiempo sus pares del Foro Permanente demandaron en nota de prensa que se les escuchara, sin importar el escenario. No tienen complejo de montaña ni de Alá: Van donde haya que ir. El organismo de elecciones les dijo a los primeros que pusieran por escrito su petición, y los segundos solo tienen que esperar que la comisión los convoque. Lo cual está en sus planes. Lo de la mediación, sin embargo, no es tan fácil. Para mediar se necesitan dos partes, y se conoce el ánimo de una, la oposición, pero no de la otra, el oficialismo. Julio César Castaños es un hombre guabinoso, y habitante del Trópico no tiene porque irse a perder en un monte de la China. Si el PLD no se pone en esa y acepta la mediación, habrá rezos, pero fuera del templo. ¿ Puede el secretario general del partido de gobierno desdecirse, y después de afirmar, como toda una proclama, que cualquier diálogo tiene que ser en la Feria, trasladarse a la Plaza de la Bandera ? Reynaldo dejaría de ser Reynaldo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario