Hace ya casi 20 años me tocó el honor de participar en la redacción
de un comunicado conjunto suscrito por el entonces Presidente de la
República, doctor Leonel Fernández, y el expresidente Joaquín Balaguer,
mediante el cual ambos solicitaban la renuncia de los miembros de la
recién designada Junta Central Electoral encabezada por el dcotor Manuel
Morel Cerda, por decisión del Senado de la República, controlado en ese
entonces por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Ni el doctor Fernández ni Balaguer cuestionaban que el órgano
constitucional que nombraba a la Junta Central Electoral era el Senado
de la República. Ese punto nunca estuvo en discusión. Ambos líderes,
jefes del PLD y el PRSC, plantearon la ilegitimidad de dicha Junta por
no garantizar la imparcialidad de los procesos electorales. La oposición
encabezada por Leonel y Balaguer, con sus respectivos partidos, generó
una gran crisis política en el país que culminó con una serie de
reformas y restructuración de la Junta Central Electoral.
A finales del año 2016 se generó una crisis idéntica cuando el
Partido de la Liberación Dominicana, gobernante, quiso imponer de manera
unilateral la designación de una nueva Junta Central Electoral, luego
del tollo electoral histórico del pasado 15 de mayo. Me tocó en esa
ocasión, como representante de la Fuerza Nacional Progresista (FNP),
interactuar con todos los partidos de la oposición para reclamar lo
mismo que habíamos reclamado 20 años antes.
El PLD tenía el control del Senado, por mandato de la Constitución,
para designar la Junta que quisiera, pero si lo hacía sin el consenso de
todos los otros actores fundamentales del sistema democrático, que son
los partidos de oposición, carecería de legitimidad y enviaríamos al
país a una profundización de la crisis post-electoral .
¿Qué salvó la situación? ¿Por qué se superó felizmente la poderosa
crisis política en ciernes alrededor de la designación de la Junta
Central Electoral? Pudimos pasar la página de manera exitosa, porque la
sensatez se impuso en el liderazgo del Partido de la Liberación
Dominicana, que entendió que el camino del diálogo y el consenso con la
oposición era indispensable para la selección del nuevo órgano
electoral. El diálogo, encabezado por Monseñor Agripino Núnez Collado,
dio sus frutos positivos para el país. Así nació la actual JCE,
encabezada por el doctor Julio César Castaños, a quien todos los
partidos en el gobierno y en la oposición respaldamos como una figura de
consenso que garantizaría, junto con los demás honorables miembros, un
proceso electoral libre de traumas y de cuestionamientos en el año 2020.
Por Vinicio A. Castillo Semán ;-
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