En La Palmilla, Haras Nacionales, Cristina Rossys cultiva cerezas desde que supo que era mejor ser empresaria que empleada.
De madrugadas se levantaba para venderlas por latas en el mercado.
De madrugadas se levantaba para venderlas por latas en el mercado.
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Cuando el precio de las cerezas comenzó a caer, se vio, al igual que otros cereceros, en la necesidad de comercializarlas a través de intermediarios, sin grandes beneficios.
Decidió entonces fundar la Cooperativa de los Cereceros de La Palmilla (COOPALMILLA) para unir fuerzas con otros productores y defenderse de los caprichos del mercado.
Pero también para procesarlas, elaborando, néctares, mermeladas, jugos y concentrados.Es decir, que Cristina comprendió que no bastaba cultivar las cerezas, oficio agrícola, sino que era preciso transformar esas cerezas, convertir su emprendimiento en una agroindustria.
A través de FONDAGRO, la cooperativa accedió a un préstamo de un millón de pesos para la compra de fertilizantes, mejora de la producción y maquinarias.
El presidente Danilo Medina se reunió con los productores de cereza de la Coopalmilla, en una visita sorpresa que hizo a Hacienda Estrella en febrero 2013. Del encuentro resultó un préstamo solidario del gobierno por 2.5 millones de pesos.
La Fundación Reservas del País capacitó a los socios de Coopalmilla en educación financiera y el IIBI les dio asesoría técnica.
Ambas, instituciones gubernamentales al servicio de los emprendedores dominicanos.
Coopalmilla inició con 51 socios; ahora son 230 socios.
Cristina Rossys, la mujer de las cerezas, tuvo razón y ahora, además, éxito.
#FundaciónReservas
#DemocratizamosElCrédito
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