EL CANCITO CANSA.- La Junta
Central Electoral no puede pasarse la vida esperando que el PLD entregue
su informe económico correspondiente al año pasado. Si no lo tiene a
manos es porque no le interesa salir del problema, ya que ese cancito de
que en su caso es más difícil, pues, una cosa es el gasto de campaña, y
otra los costos ordinarios del partido, no convence a nadie. ¿Doble
contabilidad? Las finanzas de campaña fueron manejadas por un hombre de
Danilo Medina y el tesorero del partido es un hombre de Leonel
Fernández.
¿Acaso ese es el problema? Aunque cuando se habla del asunto se alude a un responsable menor, a un contador, que se supone lleva el día a día de los fondos y debe hacer los redondeos o ajustes de lugar. Ese sería el pendejo de ocasión, el chivo expiatorio, como si una persona fuera suficiente para excusar una falta sin duda grave, pero propia de toda la organización. ¿Qué es lo que hay, déficit o superávit? ¿Cómo se resuelve uno, cómo se cubre el otro? No obstante, y es lo importante, las deficiencias del PLD no son vinculantes a la JCE, que solo tramita el dinero y necesita el reporte para dar cumplimiento a la ley.
CONVOCATORIA YA.- La Junta Central Electoral debe proceder a convocar a los partidos y entregar los fondos según su nuevo registro de asignación. La ocasión será de oro para amonestarlos de manera general y particular, pues no solo se atrasan en reportar los gastos, sino que su manejo deja mucho que desear. Una simple pasada de la Cámara de Cuentas pondría en evidencia sus faltas, sus fallas, sus deficiencias. En el Gobierno, cada vez que llegan al poder, las finanzas andan manga por hombro, y lo único que hacen los partidos es llevar al Estado sus malas prácticas. La JCE, una vez hecho el acopio de la contabilidad de los partidos, debe poner sus cuentas en manos de los medios, de la opinión pública en general, de manera que puedan conocerse por dentro y en detalles sus manejos. La insolvencia, se descubrirá, es consecuencia del dispendio. Ninguna entidad pública procederá, pero sus miembros tendrán oportunidad de pedir cuenta, en especial en las organizaciones que viven o sobreviven a pesar de las querellas. Del PRD y del PRSC se conocerán maravillas.
¿Acaso ese es el problema? Aunque cuando se habla del asunto se alude a un responsable menor, a un contador, que se supone lleva el día a día de los fondos y debe hacer los redondeos o ajustes de lugar. Ese sería el pendejo de ocasión, el chivo expiatorio, como si una persona fuera suficiente para excusar una falta sin duda grave, pero propia de toda la organización. ¿Qué es lo que hay, déficit o superávit? ¿Cómo se resuelve uno, cómo se cubre el otro? No obstante, y es lo importante, las deficiencias del PLD no son vinculantes a la JCE, que solo tramita el dinero y necesita el reporte para dar cumplimiento a la ley.
CONVOCATORIA YA.- La Junta Central Electoral debe proceder a convocar a los partidos y entregar los fondos según su nuevo registro de asignación. La ocasión será de oro para amonestarlos de manera general y particular, pues no solo se atrasan en reportar los gastos, sino que su manejo deja mucho que desear. Una simple pasada de la Cámara de Cuentas pondría en evidencia sus faltas, sus fallas, sus deficiencias. En el Gobierno, cada vez que llegan al poder, las finanzas andan manga por hombro, y lo único que hacen los partidos es llevar al Estado sus malas prácticas. La JCE, una vez hecho el acopio de la contabilidad de los partidos, debe poner sus cuentas en manos de los medios, de la opinión pública en general, de manera que puedan conocerse por dentro y en detalles sus manejos. La insolvencia, se descubrirá, es consecuencia del dispendio. Ninguna entidad pública procederá, pero sus miembros tendrán oportunidad de pedir cuenta, en especial en las organizaciones que viven o sobreviven a pesar de las querellas. Del PRD y del PRSC se conocerán maravillas.
AHORA QUE SE HABLA.-
Estas consideraciones son importantes y oportunas ahora que se habla de
los proyectos de ley de Partidos y Electoral. No se trata de crear
mayores dificultades a los grupos políticos, pero así como fallan a la
Junta Central Electoral, o al Estado que suministra los fondos, también a
sus miembros. Incluso se usan esos dineros para sustentar liderazgos o
avasallar disidencias. No hay transparencia en la financiación de la
política, y culpa de la ley, aparentemente, pero sobre todo de la JCE
que no hace lo suficiente y permite la burla. Ahora se empezará de cero,
pero conviene recordar que en las discusiones del pasado hubo
renuencias a revelar fuentes. Ese fue un punto de discrepancia. Por
ejemplo, el PRM quería que se identificara a los colaboradores
económicos, a lo que se opuso el PRD, cuando todavía no era aliado del
Gobierno, y el PRSC, que entonces era socio del oficialismo. Si
cambiaron de parecer, se sabrá cuando llegue el momento.
MAL DE TODOS.- De ahí que sea necesario que la Junta
Central Electoral convoque prontamente a los partidos, entregue los
fondos a los que hayan cumplido con el informe y someta estos al
escrutinio público. O los coloca en su página web o reparte copias a los
medios de prensa, de manera que los interesados se enteren y actúen de
acuerdo a sus particulares derechos. Pedir cuenta no es nada malo, y
darla tampoco. Lo que sí no puede seguir es la mala costumbre de no
entregar a tiempo el informe de gastos, o esconder estos a los
integrantes del conglomerado o a la población en sentido general. Ahora
la peor falta es del partido oficialista, y nadie debe tomársela a
gracia, pero como se vio, no fue el único. Uno se pregunta por qué no
entregaba el PRD, si con solo mencionarlo, fue corriendo a llevar su
cuenta. Aunque también está el caso de los que entregaron a tiempo, y no
resisten un arqueo a profundidad de Cámara de Cuentas. En los partidos,
por lo visto, no se enseña política, pero tampoco contabilidad. Y el
descuadre de finanzas es un mal común a todos, como por igual en la
mayoría de los ayuntamientos…
Por Orlando Gil ;-
No hay comentarios:
Publicar un comentario