Un conocido proverbio dice que “cuando Estados
Unidos estornuda, el resto del mundo se resfría” y eso parece ser lo que
está causando, con menos de una semana en el cargo, el presidente
Donald Trump, al eliminar de un plumazo acuerdos y directrices políticas
que predominaron durante el mandato de su antecesor, Barack Obama.
Dos de esas decisiones han sido la retirada de Estados Unidos del Acuerdo con Asia y el Pacífico, en el que intervienen 12 países, y la prohibición de uso de fondos gubernamentales para subvencionar las campañas pro-abortistas y anticonceptivas que llevan a cabo, dentro y fuera de su país, algunas organizaciones no gubernamentales.
Del mismo modo, Trump ha decidido renegociar el Tratado de Libre Comercio firmado con México y Canadá, ya que tiene la creencia de que este esquema ha alentado la mudanza de grandes empresas norteamericanas hacia esos países para pagar menos salarios e impuestos y él quiere revertir el trato.
Dos de esas decisiones han sido la retirada de Estados Unidos del Acuerdo con Asia y el Pacífico, en el que intervienen 12 países, y la prohibición de uso de fondos gubernamentales para subvencionar las campañas pro-abortistas y anticonceptivas que llevan a cabo, dentro y fuera de su país, algunas organizaciones no gubernamentales.
Del mismo modo, Trump ha decidido renegociar el Tratado de Libre Comercio firmado con México y Canadá, ya que tiene la creencia de que este esquema ha alentado la mudanza de grandes empresas norteamericanas hacia esos países para pagar menos salarios e impuestos y él quiere revertir el trato.
Trump ha preparado el terreno para llamar de vuelta a esas empresas
anunciando una inminente reducción de impuestos para la población y el
comercio y un aumento, a su vez, de los impuestos fronterizos para los
productos que lleguen de fuera hasta el mercado norteamericano.
El trueno se ha hecho sentir en todo el mundo, por una razón
elemental: siendo la economía más poderosa de la tierra, sus niveles de
exportación de productos y servicios son elevados, al igual que las
compras que hace con otros grandes productores, lo que le da capacidad
para influir en los mercados internacionales con su propia moneda, más
cotizada.
La renegociación del TLC con México y Canadá arrastra el DR-Cafta,
por medio del cual nuestro país y los Estados Unidos fijaron tasas a los
productos del comercio bilateral y en ese trato los dominicanos
perdimos la ventaja que teníamos en esa relación, porque ahora
exportamos menos e importamos más de los Estados Unidos.
Solo con sus primeras medidas, más las que faltan y que se harán públicas en estos días, Trump ha estornudado fuerte.
El resfriado no tarda.
Tomado del editorial de
de la fecha
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