Danilo libró a las laboriosas familias de Los Tres Brazos de una suerte de pecado original inmobiliario y de su penitencia económica.

Detuvo la venta, reventa y desalojo mediante el decreto 392-16 y solicitó a una comisión de 3 funcionarios (legal, inmobiliario y ética) creada mediante el mismo decreto a entregarle un informe-recomendación a más tardar en 30 días para decidir y no prolongar el viacrucis.

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Así el gobierno devolvió tranquilidad a estas empobrecidas y combativas familias que procuran el bienestar para sus hijos, padres, madres y abuelos con mucho ingenio y sudor.

Poner el gobierno al servicio de Guillermina, Alexander, Antonio, Margarita y los residentes en Los Tres Brazos, es gobernar con y para la gente.

Nos enorgullece decirlo y a la gente saberlo.