Con la detención incruenta de Brayan Peter Félix
Paulino, próximo a la medianoche del martes, las autoridades acaban de
golpear fuerte a la banda de asaltantes más peligrosa de que se tenga
registro en los últimos años.
Tras
caer Brayan en manos de la Policía Nacional, en pocas horas la
“logística” de la banda de asaltantes quedó desarticulada con la
detención sucesiva del mayor del Ejército Elvin Rodgers Rodríguez, los
motociclistas Aneudy y Francisco Alberto de Jesús Caraballo, un mecánico
solo identificado como Corporán “La Culebra”, y Javier Perelló.
De lo declarado por Brayan a los investigadores de la Policía se
reveló no solo la identidad de sus socios en la deplorable labor de
asaltar mensajeros de bancos –y en todos los casos disparar a matar y
herir–, sino también el rol que desempeñaba cada uno de ellos, dejando
al descubierto una organización criminal en toda forma.
John Percival Matos –muerto a tiros al resistir el arresto el pasado
28 de diciembre- era el líder del grupo criminal y el estratega de los
negocios a asaltar; Brayan, el gatillero ejecutor; Rodgers Rodríguez
sirvió de suplidor de armas, Perelló hacía de enlace entre Percival
Matos y Rodgers, mientras que Aneudy, Francisco y Corporán, formaban
parte de la movilidad y de la preparación de las motocicletas para el
escape. Una verdadera estructura del crimen.
De la desarticulada banda no debe quedar nadie fuera del alcance de
la Justicia porque además de que así lo establece la ley y el
ordenamiento procesal, hay muertes, heridos, millones robados y una
siembra del terror colectivo sin precio.
Pero los planeadores de los programas de seguridad del Gobierno
debían comprobar con estos apresados todos los hilos conductores de su
maquinaria asesina, estudiar los fallos de prevención y los vacíos
investigativos que permitieron a la banda golpear tres veces con el
mismo modus operandi.
Solo a partir del esfuerzo conjunto de todos los organismos
castrenses y de seguridad, atendiendo al pedido del Presidente de la
República, fue posible frenar a un grupo que tenía en “agenda” asaltar
otros 25 negocios, incluido el robo de un avión.
Ahora los detenidos están en manos del Ministerio Público y al
alcance de la Justicia, falta ver con cuánta responsabilidad actuarán
estos poderes con los culpables para devolver la tranquilidad a esta
sociedad aturdida.
Tomado del editorial de
de la fecha
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