Dos jóvenes mochileros irlandeses deciden, tras una noche de mucho
whisky, visitar la peligrosa linea de combate entre los peshmergas
kurdos y el Estado Islámico.
Cuando uno empieza a beber whisky en compañía la noche puede terminar
de muchas maneras diferentes, pero para dos mochileros irlandeses que se hallaban viajando por el Kurdistán,
una fiesta que empezó en un bar en la ciudad de Suleimaniya terminó
llevándoles a la línea de combate, donde pudieron presenciar la batalla
entre los combatientes kurdos, los peshmerga, contra el Estado Islámico.
Will Meara, de 26 años, y Craig Reynolds, de 24 años, lo explican en su blog:
"La noche pasaba, botella tras botella, chupito tras chupito y
vaso tras vaso, hasta que nos dimos cuenta de que éramos los únicos que
quedaban en el bar, situado a las afueras de la ciudad"...y de repente,
el teléfono de uno de ellos sonó. Un hombre al que conocían de hace
poco, (y al que se refieren como "nuestro nuevo amigo en la ciudad") les
hace una propuesta inverosímil: "¿Os apetece ir al frente de
combate para ver la guerra?". Tardaron en asimilar la pregunta, pero no
tardaron mucho en aceptar. "Era algo que teníamos que hacer".
Su
nuevo contacto en la ciudad resultó ser buen amigo de un general de las
fuerzas kurdas, según explican Will y Craig. Una vez en la zona de
combate, aseguran haberse sentido seguros, aunque de vez en cuando
afloraban los nervios, como cuando uno de los guías empezó a parecer
asustado, o cuando se les sugirió que se tumbaran en el camión hasta
terminar de atravesar una área peligrosa.
Una conducta "temeraria e ingenua"
El analista de seguridad Tom Clonan dijo al diario irlandés 'Independent' que la conducta de los jóvenes viajeros había sido "temeraria" e "ingenua",
y concluyó que no deberían haber hecho una excursión tan peligrosa. Por
su parte, Will y Craig aseguran que estaban totalmente advertidos sobre
los riesgos a los que se exponían y que se les dio mucha información
útil antes de iniciar su atrevido viaje.
Los jóvenes mochileros han dicho también que esperan
que la repercusión de esta noticia llame la atención sobre su viaje y
ayude a cambiar la percepción de los habitantes del Medio Oriente, y demuestre lo hospitalarios y amables que pueden ser los lugareños en el terreno. Han impulsado también una campaña con el objetivo de recaudar dinero para los campamentos de refugiados que acogen a quienes huyen de Mosul a causa de la guerra.
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