Es un acto de maldad, no puede llamarse de otra
manera, que camiones contratados a firmas privadas para la recogida de
la basura en el Distrito Nacional estén derramando en calles y avenidas
los desperdicios que les toca retirar en sus respectivas rutas, como
forma de boicotear el nuevo sistema de trabajo nocturno.
En las redes sociales ya aparecen videos que confirman la insólita modalidad de daño en que incurren los operarios de estos camiones con la aparente intención de desprestigiar, ante los ojos de los munícipes del Distrito Nacional, el nuevo programa de limpieza que ha sido puesto en marcha por la alcaldía.
Lo que se comenta es que, bajo este nuevo sistema, el cabildo ha hecho más riguroso el pesaje de los desperdicios por los cuales paga su recogida y, como ocurre siempre cuando se afectan intereses o cuando se yugulan escapes o trampas en el cobro de cargas no reales, la reacción ha sido apelar al boicot.
Estas maldades no caben en medio del esfuerzo que están haciendo las nuevas autoridades para mantener limpia la ciudad, para que nuestras calles y avenidas se vean despejadas de zafacones o de cúmulos de basura durante las horas del día y liberadas, también, de los tormentos que causaban decenas de camiones complicando el ya caótico flujo vehicular en esos horarios.
De noche, los camiones pueden avanzar sin taponarse ni taponar vías ni producir las desagradables impresiones que causan al moverse durante todo el día con cargas pestilentes, parte de las cuales dejaban de nuevo en las calles al moverse sobrecargados.
Si el sistema está funcionando bien, no se puede permitir que intereses encontrados se salgan con las suyas boicoteándolo. Esto equivale a un atentado repudiable contra el bienestar ciudadano, una inadmisible necedad y barbaridad.
Los casos que se han producido ameritan que la alcaldía establezca un mejor sistema de monitoreo directo de estas unidades para detectar cualquier desaguisado, y para evitar, inclusive, inesperados y lamentables accidentes automovilísticos en horas de la noche con esas lomas de basura en medio de las calles y avenidas.
Tomado del editorial de
de la fecha
En las redes sociales ya aparecen videos que confirman la insólita modalidad de daño en que incurren los operarios de estos camiones con la aparente intención de desprestigiar, ante los ojos de los munícipes del Distrito Nacional, el nuevo programa de limpieza que ha sido puesto en marcha por la alcaldía.
Lo que se comenta es que, bajo este nuevo sistema, el cabildo ha hecho más riguroso el pesaje de los desperdicios por los cuales paga su recogida y, como ocurre siempre cuando se afectan intereses o cuando se yugulan escapes o trampas en el cobro de cargas no reales, la reacción ha sido apelar al boicot.
Estas maldades no caben en medio del esfuerzo que están haciendo las nuevas autoridades para mantener limpia la ciudad, para que nuestras calles y avenidas se vean despejadas de zafacones o de cúmulos de basura durante las horas del día y liberadas, también, de los tormentos que causaban decenas de camiones complicando el ya caótico flujo vehicular en esos horarios.
De noche, los camiones pueden avanzar sin taponarse ni taponar vías ni producir las desagradables impresiones que causan al moverse durante todo el día con cargas pestilentes, parte de las cuales dejaban de nuevo en las calles al moverse sobrecargados.
Si el sistema está funcionando bien, no se puede permitir que intereses encontrados se salgan con las suyas boicoteándolo. Esto equivale a un atentado repudiable contra el bienestar ciudadano, una inadmisible necedad y barbaridad.
Los casos que se han producido ameritan que la alcaldía establezca un mejor sistema de monitoreo directo de estas unidades para detectar cualquier desaguisado, y para evitar, inclusive, inesperados y lamentables accidentes automovilísticos en horas de la noche con esas lomas de basura en medio de las calles y avenidas.
Tomado del editorial de
de la fecha
No hay comentarios:
Publicar un comentario