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viernes, noviembre 18, 2016

Tres y dos en JCE

LA HISTORIA DE LEONEL.- La oposición parece que conocía la historia de Los Sandwichitos de Leonel, pues quiso una reunión con la comisión que encabezaba el presidente del PLD y que tenía el encargo del Comité Político de dar seguimiento a la conformación de la Junta Central Electoral. El Bloque Opositor pensó que con Fernández le podría ir mejor que con el presidente Danilo Medina, o que ante la renuencia de éste, no le quedaba de otra que tratar con el ex mandatario.
La política no tiene entrañas y sí muchos olvidos, pues no hace mucho que esos grupos consideraban a Fernández un apestoso y culpable del déficit que hizo posible el triunfo de Medina en las elecciones del 2012. Igual se estuvo denunciando que el alto organismo del partido oficial tenía el propósito de nombrar los nuevos magistrados. Sería una forma de contradecirse, pero también de ayudarlos a llevar a cabo la tarea. No podía esperarse que Fernández o el CP trabajaran a su favor, pues no se podría ser más torpe, ingenuo y falto de sentido común. Y el resultado lo dice todo. Como señalé en la columna anterior, de no tener uno solo entre los nominados por la comisión del Senado, en la lista aprobada por el Senado se incluyó una propia: Rosario Graciano...
LOS SANDWICHITOS DE LEONEL.- En unas elecciones de muchos años atrás se encomendó a Leonel Fernández llevar un refrigerio a los compañeros acreditados ante las mesas electorales, tarea que cumplió con eficiencia. Solo hubo un problema, que no fue problema, y que mostró el temperamento del joven dirigente. Generoso y de compartir. Repartió los sandwichitos entre los suyos, pero logró multiplicarlos y alcanzaron para dar a los oponentes, a los cuales les vio el bembe cenizo del hambre. El cuento fue una sabrosura en su tiempo, pero más tarde se recordó como una virtud, y empezó su leyenda urbana. Fernández no era comesolo como los demás peledeístas, que distribuían sus cajas en los barrios por la noche para que no se detectara la mezquindad. La oposición pensó que para fastidiar a Danilo Medina, acometería los puestos de la Junta Central Electoral, y tomaría algunos, y entregaría el resto a la sociedad civil que le sirve de mampara. Solo que no se pudo, de que el llamado llegó tarde y lo del miércoles era un designio que no se podía posponer ni retrasar…
EL TRES A DOS.- Ahora que tienen ante sí el hecho cumplido, el fait accompli de los franceses ¿qué hará la oposición? Ojalá que en la rueda de prensa que estaba supuesta a realizar ayer en la tarde no venga con esa de que el PLD hizo lo que ella había denunciado. De que Danilo Medina y el Comité Político iban a nombrar los miembros de la Junta Central Electoral. Si lo tenían previsto, nunca mejor situación para reaccionar de manera adecuada. No fue un palo y mucho menos acechado. El partido oficial y el gobierno interpretaron la partitura de la oposición, de manera que no puede alegarse que suenan desafinados. Si se dio el plan A, se supone que el B será un prodigio. Aunque no será fácil estigmatizar lo que en principio se aprobó: tres de cinco. Si tres son capaces, probos, independientes, imparciales, apolíticos, apartidistas, santos varones y virgen inmarcesible ¿qué importa que dos no lo sean? La actual JCE que ahora se reprueba se manejaba con esa dinámica de tres a dos, y sus patrocinadores nunca se quejaron…
CASTAÑOS ES UN ARCÁNGEL.- Tampoco puede dejarse de lado la experiencia que todavía no se supera. Aunque se reprobaba la Junta Central Electoral en su conjunto, y llegó a demandarse la renovación completa, la verdad que los dardos, o los más venenosos, iban dirigidos al presidente Roberto Rosario. Rosario siempre fue un superhéroe y sus compañeros extras de una película de acción. Los que siempre mueren. Entonces ahí está. El nuevo presidente, Julio César Castaños, es la otra cara de la moneda. Diferente en todo a Rosario. Incluyendo su falta de adhesión a credos políticos. Y por lo menos los dirigentes del PRM lo saben. Lo analizaron y esa fue su conclusión. En una reunión de más o menos once personas, uno de los presentes lo definió como “un hombre de Pepín y del Cardenal”. Supóngase, tener a su favor los poderes del cielo y de la tierra. Nadie dijo haberlo visto con gorra, o con camiseta, o en caravana de campaña, y si entre sus clientes como abogado cuenta al arzobispado y al grupo Corripio, Castaños es un San Miguel redivivo. Somete a sus pies hasta el propio demonio…
Por Orlando Gil ;-
orlandogil@claro.net.do

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