TODO PREVISIBLE.- Los políticos
dominicanos son previsibles, y ese es el peor de los defectos, sea que
estén en el Gobierno o en la oposición. Solo bastó que Reynaldo Pared
mencionara la soga para que el ahorcado empezara a cimbrearse. La
denuncia que se hizo con Leonel Fernández, después con Danilo Medina,
ahora con Pared. Dice Andrés Bautista que los oficialistas intentan
distraerlos en su actual lucha, y algo más perverso, dividirlos, y
usando para esos fines una cuña del mismo palo... a Hipólito Mejía.
Nadie que no sea el presidente del Senado sabe si lo que dijo fue intencional o va más allá de una frase de ocasión. El PLD no necesita de Mejía para aprobar la nueva Junta Central Electoral, de manera que si están en ánimo de llamar al exmandatario, existen otras posibilidades y no solo la imposición pura y simple. Si todo estuviera decidido, y ninguno de los nominados responde a Mejía, ese llamar o ese hablar o ese considerar no tendría razón de ser. Mañana miércoles se deja caer la guillotina, y la JCE, como Luis XVI, pasa a la historia de lo que pudo ser y no fue…
QUEMA POR ABAJO.- Intriga si Reynaldo Pared mencionó a Hipólito Mejía para salir del paso o conoce situaciones que ignora el resto de la opinión pública y que dan fundamento a la posibilidad de la llamada. Quema como una candelita desde hace semanas la junta de Mejía y Danilo Medina, y la carta que después le enviara y que fue continuación de lo que habían hablado en ese encuentro informal ese día de campo. A los muy fanáticos no convence que sean buenos amigos, y los más sectarios no creen que sea correcto mostrarse en público y con tanto agrado. Lo de Pared ahora no echa gasolina a las brasas, pero aviva el fuego. Un fuego que no solo involucra a Medina, a Mejía y a Pared, sino a la Junta Central Electoral. Igual se cuestiona que Luis Abinader haya aprobado tan rápidamente dos o tres de los candidatos, sin considerar declaraciones o posiciones asumidas por estos en pasados comicios, y solo tomando en cuenta su propia evaluación. En las redes se publican las pruebas de la reserva o la objeción…
LA IMPRUDENCIA.- La institucionalidad del PRM está en ascuas, y las reuniones de la Dirección Ejecutiva no transcurren como misas de difuntos, en que los fieles inclinan sus cabezas reverentes, sino verdaderas batallas entre grupos o personas por convencer o imponer sus particulares estrategias. La lista, por ejemplo, fue una imprudencia, y como dijo alguien, lo que se escribe, como cuando se camina, deja huellas. Entre los mencionados hay gente molesta, reacia, pues consintió hablar del tema, aceptar que le tomaran en cuenta, pero de manera discreta, sin quedar al descubierto. No conocían el temperamento de los perredeístas (ahora perremeístas), que no se aguantan, que no se callan nada, y que todo lo dicen sin disimulo para que el interlocutor sepa que pertenece al círculo que toma las decisiones. Ahora Hipólito Mejía repetirá lo que dijo Andrés Bautista de su compromiso con la línea del partido, pero siempre quedará la duda. Desde Galileo no hay desmentidos absolutos. Siempre se recordará, por muy en susurro que lo dijera, ese “y sin embargo se mueve” que lo consagró como figura relevante de la humanidad…
ÁNIMOS DISTINTOS.- La disposición de ánimo de Luis Abinader es de no pelear con Hipólito Mejía, pero una cosa es Abinader y otra su grupo. Del mismo modo que los seguidores de Mejía no aceptan en la intimidad todo lo que éste diga en los medios. Cada cual respeta el rejuego, y del respeto o del rejuego dependerá que el PRM pueda seguir adelante y llenar su cometido. Y no es fácil. Los interesados en ser miembros de la Junta Central Electoral o de los demás órganos entienden menos que se les obligara a quedarse al margen. Que sus líderes, en vez de apoyarlos, endosaran a otros con los que no tienen cercanía y nunca fidelidad. No comparten esa política de la simulación. Todo lo contrario. Consideran que los espacios deben ser ocupados por leales, por parciales, y no se van muy lejos ni muy atrás para sustentar su posición. La última experiencia electoral. Ahora le sacan cuentas al más bonito, y entre los más bonitos están Hipólito Mejía y Luis Abinader…
Nadie que no sea el presidente del Senado sabe si lo que dijo fue intencional o va más allá de una frase de ocasión. El PLD no necesita de Mejía para aprobar la nueva Junta Central Electoral, de manera que si están en ánimo de llamar al exmandatario, existen otras posibilidades y no solo la imposición pura y simple. Si todo estuviera decidido, y ninguno de los nominados responde a Mejía, ese llamar o ese hablar o ese considerar no tendría razón de ser. Mañana miércoles se deja caer la guillotina, y la JCE, como Luis XVI, pasa a la historia de lo que pudo ser y no fue…
QUEMA POR ABAJO.- Intriga si Reynaldo Pared mencionó a Hipólito Mejía para salir del paso o conoce situaciones que ignora el resto de la opinión pública y que dan fundamento a la posibilidad de la llamada. Quema como una candelita desde hace semanas la junta de Mejía y Danilo Medina, y la carta que después le enviara y que fue continuación de lo que habían hablado en ese encuentro informal ese día de campo. A los muy fanáticos no convence que sean buenos amigos, y los más sectarios no creen que sea correcto mostrarse en público y con tanto agrado. Lo de Pared ahora no echa gasolina a las brasas, pero aviva el fuego. Un fuego que no solo involucra a Medina, a Mejía y a Pared, sino a la Junta Central Electoral. Igual se cuestiona que Luis Abinader haya aprobado tan rápidamente dos o tres de los candidatos, sin considerar declaraciones o posiciones asumidas por estos en pasados comicios, y solo tomando en cuenta su propia evaluación. En las redes se publican las pruebas de la reserva o la objeción…
LA IMPRUDENCIA.- La institucionalidad del PRM está en ascuas, y las reuniones de la Dirección Ejecutiva no transcurren como misas de difuntos, en que los fieles inclinan sus cabezas reverentes, sino verdaderas batallas entre grupos o personas por convencer o imponer sus particulares estrategias. La lista, por ejemplo, fue una imprudencia, y como dijo alguien, lo que se escribe, como cuando se camina, deja huellas. Entre los mencionados hay gente molesta, reacia, pues consintió hablar del tema, aceptar que le tomaran en cuenta, pero de manera discreta, sin quedar al descubierto. No conocían el temperamento de los perredeístas (ahora perremeístas), que no se aguantan, que no se callan nada, y que todo lo dicen sin disimulo para que el interlocutor sepa que pertenece al círculo que toma las decisiones. Ahora Hipólito Mejía repetirá lo que dijo Andrés Bautista de su compromiso con la línea del partido, pero siempre quedará la duda. Desde Galileo no hay desmentidos absolutos. Siempre se recordará, por muy en susurro que lo dijera, ese “y sin embargo se mueve” que lo consagró como figura relevante de la humanidad…
ÁNIMOS DISTINTOS.- La disposición de ánimo de Luis Abinader es de no pelear con Hipólito Mejía, pero una cosa es Abinader y otra su grupo. Del mismo modo que los seguidores de Mejía no aceptan en la intimidad todo lo que éste diga en los medios. Cada cual respeta el rejuego, y del respeto o del rejuego dependerá que el PRM pueda seguir adelante y llenar su cometido. Y no es fácil. Los interesados en ser miembros de la Junta Central Electoral o de los demás órganos entienden menos que se les obligara a quedarse al margen. Que sus líderes, en vez de apoyarlos, endosaran a otros con los que no tienen cercanía y nunca fidelidad. No comparten esa política de la simulación. Todo lo contrario. Consideran que los espacios deben ser ocupados por leales, por parciales, y no se van muy lejos ni muy atrás para sustentar su posición. La última experiencia electoral. Ahora le sacan cuentas al más bonito, y entre los más bonitos están Hipólito Mejía y Luis Abinader…
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