Allan Lichtman, el profesor estrella de American University que
pronosticó -contrariamente a lo que decían casi todas las encuestas- el
triunfo del presidente electo Donald Trump en las elecciones de Estados
Unidos, está haciendo ahora un nuevo pronóstico tanto o más audaz: que
Trump será sometido a un juicio político.
Lichtman, quien ha pronosticado con exactitud casi todas las
elecciones desde 1984, dice que basó su predicción de que Trump ganaría
en un método estadístico de 13 preguntas. Las preguntas son sobre temas
generales, como el estado de la economía, y ni siquiera consideran las
encuestas. Las encuestas son sólo “fotografías” de la realidad en un
momento dado, que son inútiles para predecir un resultado el día de las
elecciones, dice el profesor.
Curioso acerca de sus osados pronósticos, le pregunté cómo cree que
será la presidencia de Trump. Lichtman me dijo que, a diferencia de su
predicción sobre la victoria de Trump, que se basaba en un análisis
estadístico, su pronóstico sobre un juicio político “está basada en mi
intuición”. Pero añadió inmediatamente que hay dos razones por las que
su pronóstico de un juicio político no es descabellado.
“Número uno, Trump ha jugado audazmente con la ley toda su vida”,
dijo Lichtman. El profesor citó el uso dudoso de Trump de su fundación
de caridad para comprar bienes para sí mismo y para liquidar sus deudas
comerciales, las empresas de Trump que exploraron negocios en Cuba en
posible violación del embargo de Estados Unidos, el juicio contra la
Universidad Trump, las más de una docena de mujeres que han acusado a
Trump de acoso sexual, y el hecho de que los hijos de Trump seguirán
manejando su imperio comercial, lo que podría conducir a todo tipo de
conflictos de intereses.
“En segundo lugar, Trump es un cañón suelto, impredecible,
incontrolable”, prosiguió Lichtman. “Y los republicanos están
preocupados por Donald Trump, pero les encanta el [vicepresidente
electo] Mike Pence, porque es un republicano conservador y previsible”.
“De manera que aunque un juicio político es difícil, es ciertamente
una posibilidad bajo el presidente Trump”, agregó Lichtman. “No
olvidemos que fue una demanda civil presentada por Paula Jones alegando
acoso sexual la que abrió la puerta al juicio político contra Bill
Clinton”.
Cuando le pregunté qué es lo que más le preocupa de Trump, Lichtman
me dijo que “la gente como Stephen Bannon”, el ex jefe del sitio web
Breitbart News que fue nombrado por Trump como su principal estratega en
la Casa Blanca. “En Breitbart, Bannon patrocinó material racista,
supremacista blanco, antisemita y misógino”, dijo el profesor.
Lichtman concluyó: “Y la otra cosa que me preocupa es la propensión
de Trump a ser autoritario, su admiración por un dictador extranjero
como Vladimir Putin. Me asusta realmente, no tanto por sus políticas,
sino por su personalidad autoritaria”.
Mi opinión: No veo un juicio político en el horizonte cercano,
principalmente porque el Partido Republicano de Trump controla las dos
Cámaras del Congreso.
Un juicio político tiene que ser aprobado por una mayoría en la
Cámara baja, y luego va al Senado, donde se realiza una investigación
que -si se juntan dos tercios de los votos- puede llevar a una condena.
Dos presidentes -Andrew Johnson y Bill Clinton- fueron acusados por la
Cámara, pero absueltos por el Senado. Richard Nixon renunció durante su
juicio político.
Pero Lichtman me hizo pensar dos veces sobre la probabilidad de un
juicio político cuando dijo que Trump es un cañón suelto, un hombre
convencido de que sabe más que los generales, una persona que está
acostumbrada a mandonear a la gente desde que era muy joven y heredó una
fortuna de su padre, y que no va a cambiar a los 70 años.
Si Trump es lo suficientemente inteligente como para permitir que sus
colaboradores más cercanos controlen sus impulsos y le impidan
convertirse en un tirano electo que cree estar por encima de la ley, es
poco probable que sea sometido a un juicio político. Pero si Trump se
comporta como Presidente tal como se comportó como candidato, cualquier
cosa es posible. Ojalá que ocurra lo primero.
Por Andrés Oppenheimer ;-
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