LOS DE ENTONCES.- Conviene que
los observadores, analistas y comentaristas de la política nacional sean
prudentes a la hora de apreciar o enjuiciar la reunión del pasado
miércoles. Verla como una semilla que fue sembrada, pero a la que le
falta mucho para crecer y considerarse árbol frondoso que da fruto o
sombra. Los comisionados de cada partido dicen del encuentro que fue
bueno, que fue positivo y que poco a poco irán saliendo a camino. No
creo que no, pero tampoco me entusiasmo. Al tiempo hay que darle tiempo.
Por ejemplo, el resultado pudo ser mejor.
Los que se reunieron esta semana en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra fueron los mismos de la última vez, con algunas excepciones. El PLD no llevó a Franklyn Almeyda y en su lugar César Pina Toribio. El PRM dejó fuera a Milagros Ortiz y a Orlando Jorge, aun cuando ella fue la encargada del tema. El PRD sin Miguel Vargas, y se supone que por la situación de su pierna. Y el PRSC con Quique Antún y Rogelio Genao, y nadie más, pues como dos, valen por tres y capaces de echar al pozo al que intente oponérseles...
Los que se reunieron esta semana en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra fueron los mismos de la última vez, con algunas excepciones. El PLD no llevó a Franklyn Almeyda y en su lugar César Pina Toribio. El PRM dejó fuera a Milagros Ortiz y a Orlando Jorge, aun cuando ella fue la encargada del tema. El PRD sin Miguel Vargas, y se supone que por la situación de su pierna. Y el PRSC con Quique Antún y Rogelio Genao, y nadie más, pues como dos, valen por tres y capaces de echar al pozo al que intente oponérseles...
EL ÚNICO AUSENTE.- Faltó, si se hace un inventario
estricto, Roberto Rosario, presidente de la Junta Central Electoral y
quien fue de los promotores del pasado encuentro, pero al que los
partidos de oposición, PRSC y PRM, no quisieran ver ni en pintura.
Monseñor Agripino Núñez Collado fue entonces y ahora el elemento común.
¿De qué hablaron? Debió ser de lo mismo, pero ahora resulta que no. La
ley de partidos ya no es tan apremiante, e incluso necesaria. Quique
Antún tiene una tesis que defiende en público y en privado. Las
agrupaciones políticas dominicanas podrían ser réplicas de los partidos
ingleses, y eso no cambiaría nada. La ley de partidos no sería, en este
enfoque, un reclamo de los partidos, sino de la sociedad civil que culpa
a los sectores políticos de todos los males de la República. Así no fue
que dijo antes, pero así es que se dice ahora. Antes se dijo que el
gobierno se imponía y hacía y deshacía porque no existían controles. Un
estatuto que lo pusiera en cintura. Al gobierno, solo al gobierno...
CAMBIO, NO LEY.- El PRM parece pensar igual, pues
fue a la reunión con un papelito blanco, que era el mismo que había
mandado previamente, en que muestra más preocupación en la conformación
de las altas cortes que en la nueva legislación. La ley puede esperar,
pero no quitar a Roberto Rosario de la Junta Central Electoral, Mariano
Rodríguez del Tribunal Superior Electoral y Licelot Marte de la Cámara
de Cuentas. Antes que ley, desquite, venganza, retaliación. La cuestión
es interesante, aunque confunde. Se habló en principio de personas
ajenas a la política, pero al paso de los días empiezan a mencionarse
nombres, y estos todo lo contrario: políticos de pies a cabeza. Incluso
dirigentes reconocidos de los partidos que promueven la idea de los
incontaminados. Ahora sería mitad y mitad. Mitad políticos y mitad no
políticos. Que los partidos grandes tengan su representación, pero que a
la cabeza, en la dirección, esté una figura relevante, pero sin
afiliación. Si llegara el momento, si se produjera la situación, se verá
a Diógenes con una lámpara al mediodía buscando un hombre honrado...
DISTENDIDO, Y CONTENSION.- El encuentro fue
distendido, pero hubo momentos de tensión, en especial entre PRM y PRD,
o particular entre Víctor Gómez Casanova y Andrés Bautista. Acuerdo
como acuerdo, ninguno, pero sí pueden rastrearse coincidencias. Los
cuatro más o menos aceptaron que haya un código, y en su ausencia, un
compendio de leyes, como existe en otros países. El PRSC no solo lo
propuso formalmente, sino que refirió las leyes que deberían ser
recogidas. En caso de que no se pudiera el código o el compendio,
entonces sería la aprobación simultánea de los tres estatutos en
cuestión. Esto es, de partidos, electoral y de garantías. El punto de
mayor discrepancia fue dejar de lado las leyes, objeto principal de la
convocatoria, para designar los miembros de la JCE y del TSE, hasta
ahora el sine qua non del PRM. No obstante, sí se quedó en discutir el
perfil de los nuevos miembros del órgano de elecciones, pero ya como
parte de la ley electoral...
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