El paro o huelga de los médicos en los hospitales
públicos y centro del I.D.S.S, constituye un típico abuso de derecho o
huelga política, que toma como escudo a la mayoría de enfermos de
escasos recursos económicos, compuestos por hombres y mujeres
desempleados, o aquellas personas que no tienen un contrato de trabajo
ni están afiliados en las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), o
no están en el sistema de la seguridad social previsto en la ley 87-01,
paros o huelgas que ponen en peligro la vida y la salud de gran parte
de la población de escasos recursos económicos.
De ahí es que el artículo 62 numeral 6 de la Constitución, prohíbe las huelgas o paros cuando no sean ejercidos con arreglo de la ley y para resolver conflictos estrictamente laborales del sector privado y no en los hospitales públicos. En este contexto, el Colegio Médico Dominicano (CMD) y el Pacto Nacional por la Salud (PANASALUD) están basando sus acciones en los modelos de los años 70 o del siglo pasado con el error de que ahora estas acciones tienen debilidades ideológicas y políticas. Así estas acciones o paros ilegales no tienen identidad laboral o sindical y su objetivo son los hospitales y empleados públicos y no las clínicas o centros hospitalarios privados donde, en la mayoría de los casos, no existen pactos o convenios colectivos de condiciones de trabajo ni sindicatos o asociaciones de médicos o enfermeras.
En fin, los paros o huelgas de los médicos son abusivos, por los objetivos políticos que persiguen, pretendiendo el (CMD) imponerle su voluntad al gobierno o a la autoridad del Presidente de la Republica, a través de exigencias como la de dirigir el 5% del Producto Interno Bruto a este sector y de realizar aumentos salariales de hasta un 60%, peticiones exprofesamente exageradas a sabiendas que el Ministerio de Salud Pública no podría satisfacerlas.
Por otra parte, los médicos, en su condición de empleados públicos, se encuentran regidos por la ley No.14-91 que crea el servicio Civil y la Carrera Administrativa, la cual no contempla la huelga ni esas formas de aumentos de sueldos. Estas exigencias inconstitucionales e ilegales hacen que la huelga sea política, paralizando los hospitales de Salud Pública y los centros del IDDSS donde se le brinda asistencia a la clase social más necesitada y a la mayoría de la población dominicana. Además el principio III del Código de Trabajo también prohíbe la huelga en estos casos estableciendo que los conflictos económicos sobre las huelgas y los paros no se aplican a los funcionarios y empleados de los hospitales públicos o instituciones del Estado.
Finalmente, estos movimientos huelguísticos, según el profesor KROTOSCHIN son huelgas políticas y se determinan así por el hecho de intervenir ejerciendo presión directamente en los asuntos del Estado y sus órganos competentes.
Esta intervención excede de la simple manifestación de voluntad o de opinión haciendo reclamos o peticiones ilegales, a pesar de haber recibido un aumento salarial anterior y estando conscientes de que dichos aumentos o partidas no figuran en la ley del presupuesto nacional 2015-2016, y a menos de dos meses de las elecciones generales presidenciales, son signos claros de que este tipo de lucha o movimiento de presión constituye la típica huelga política.
Por lo tanto, este conflicto político podría ser solucionado mediante el diálogo franco y abierto entre todas las partes sociales representadas por sus genuinos representantes, para que de esta manera se pueda alcanzar la armonía social que tanto necesita la clase más necesitada a solo dos meses de las elecciones a celebrarse el 15 de Mayo.
Por prudencia política y económica este próximo paro o huelga nacional de 72 horas que ha sido programada por el CMD debería dejarse sin efecto.
Por Luis Vílchez González ;-
De ahí es que el artículo 62 numeral 6 de la Constitución, prohíbe las huelgas o paros cuando no sean ejercidos con arreglo de la ley y para resolver conflictos estrictamente laborales del sector privado y no en los hospitales públicos. En este contexto, el Colegio Médico Dominicano (CMD) y el Pacto Nacional por la Salud (PANASALUD) están basando sus acciones en los modelos de los años 70 o del siglo pasado con el error de que ahora estas acciones tienen debilidades ideológicas y políticas. Así estas acciones o paros ilegales no tienen identidad laboral o sindical y su objetivo son los hospitales y empleados públicos y no las clínicas o centros hospitalarios privados donde, en la mayoría de los casos, no existen pactos o convenios colectivos de condiciones de trabajo ni sindicatos o asociaciones de médicos o enfermeras.
En fin, los paros o huelgas de los médicos son abusivos, por los objetivos políticos que persiguen, pretendiendo el (CMD) imponerle su voluntad al gobierno o a la autoridad del Presidente de la Republica, a través de exigencias como la de dirigir el 5% del Producto Interno Bruto a este sector y de realizar aumentos salariales de hasta un 60%, peticiones exprofesamente exageradas a sabiendas que el Ministerio de Salud Pública no podría satisfacerlas.
Por otra parte, los médicos, en su condición de empleados públicos, se encuentran regidos por la ley No.14-91 que crea el servicio Civil y la Carrera Administrativa, la cual no contempla la huelga ni esas formas de aumentos de sueldos. Estas exigencias inconstitucionales e ilegales hacen que la huelga sea política, paralizando los hospitales de Salud Pública y los centros del IDDSS donde se le brinda asistencia a la clase social más necesitada y a la mayoría de la población dominicana. Además el principio III del Código de Trabajo también prohíbe la huelga en estos casos estableciendo que los conflictos económicos sobre las huelgas y los paros no se aplican a los funcionarios y empleados de los hospitales públicos o instituciones del Estado.
Finalmente, estos movimientos huelguísticos, según el profesor KROTOSCHIN son huelgas políticas y se determinan así por el hecho de intervenir ejerciendo presión directamente en los asuntos del Estado y sus órganos competentes.
Esta intervención excede de la simple manifestación de voluntad o de opinión haciendo reclamos o peticiones ilegales, a pesar de haber recibido un aumento salarial anterior y estando conscientes de que dichos aumentos o partidas no figuran en la ley del presupuesto nacional 2015-2016, y a menos de dos meses de las elecciones generales presidenciales, son signos claros de que este tipo de lucha o movimiento de presión constituye la típica huelga política.
Por lo tanto, este conflicto político podría ser solucionado mediante el diálogo franco y abierto entre todas las partes sociales representadas por sus genuinos representantes, para que de esta manera se pueda alcanzar la armonía social que tanto necesita la clase más necesitada a solo dos meses de las elecciones a celebrarse el 15 de Mayo.
Por prudencia política y económica este próximo paro o huelga nacional de 72 horas que ha sido programada por el CMD debería dejarse sin efecto.
Por Luis Vílchez González ;-
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