Joaquín Guzmán Loera emprendió su primer negocio cuando tenía seis años. Vendía naranjas y refrescos. A los 15, según dice en una entrevista con Sean Penn para la revista Rolling Stone, comenzó a sembrar amapola y marihuana porque su familia no tenía otra manera de sobrevivir.
Ahora afirma sin titubear: “Trafico más heroína, metanfetaminas,
cocaína y marihuana que nadie en el mundo. Tengo una flotilla de
submarinos, aviones, camiones y botes”.
Pese a que su fortuna de más de mil millones de dólares está salpicada
por sangre, el Chapo no se considera un hombre violento. “Mira, todo lo
que he hecho es defenderme. Nada más”, comentó a Penn. “¿Empiezo
problemas? Nunca”.
La entrevista con Penn, un conocido disidente en Hollywood, añade un
nuevo giro a la historia de uno de los prófugos más buscados del mundo.
Guzmán, que ha evadido por años a las autoridades de México y Estados
Unidos, y que ha escapado dos veces de cárceles mexicanas, fue capturado
tras un tiroteo este viernes en su estado natal, Sinaloa, al noroeste
de México,
La entrevista con Rolling Stone, probablemente la primera que el
narcotraficante ha concedido en décadas, se llevó a cabo en varios
encuentros. Comenzó a inicios de octubre, con un viaje en medio de la
jungla hasta llegar a la cima de una montaña. Rodeado por un centenar de
sus hombres y vestido con una camisa de seda y unos pantalones negros,
Guzmán se reunió con Penn y Kate del Castillo, una actriz mexicana que
interpreta a una narcotraficante en una telenovela.
Incluso cuando las tropas mexicanas atacaron el lugar en el que se
refugiaba días después de su primer encuentro, lo que le obligó a una
huida complicada, Guzmán decidió seguir adelante con la entrevista con
los dos actores, a través del sistema de mensajería de Blackberry y de
un video enviado a Penn y Del Castillo.
La historia en Rolling Stone da más detalles sobre su último escape,
el 11 de julio de 2015, cuando se fugó a través de un hoyo cavado en su
ducha que lo condujo a un túnel de 1,5 kilómetros que, según estiman
algunos ingenieros, costó al menos un millón de dólares y se llevó meses
de obras. Los ingenieros que lo construyeron, describe Penn, fueron
enviados a Alemania para entrenarse. La motocicleta que se movió a
través de un sistema de rieles que utilizó el capo para escaparse fue
modificada especialmente para funcionar en un ambiente subterráneo con
poco oxígeno.
![]() |
Kate del Castillo y Sean Penn realizaron la entrevista con el Chapo |
El relato de Penn posiblemente aumentará las dudas sobre el gobierno
mexicano, ya avergonzado por los múltiples escapes de Guzmán, los meses
que se llevó en encontrarlo y una reputación que lo ha convertido en una
suerte de héroe popular. El actor describe que, de camino a su reunión
con el capo, pasó un control militar sin problemas porque aparentemente
los soldados reconocieron a un hijo de Guzmán. Penn afirma que, durante
una parte de su viaje en una avioneta equipada solamente con un radar
terrestre, se le explicó que el cártel de Sinaloa era informado cuando
el ejército mexicano hacía rondas con aviones de vigilancia desde
grandes alturas que podrían detectar sus movimientos.
Al final, según dijeron las autoridades mexicanas la noche del
viernes, Guzmán fue capturado porque estaba planeando la producción de
una película sobre su vida y había contactado a actores y productores,
lo que facilitó al gobierno de México su hallazgo.
El artículo de Penn afirma que Guzmán, que había recibido numerosas
ofertas de Hollywood mientras estaba en prisión, sí había decidido hacer
su propia cinta. Del Castillo, a quien contactó a través de su abogado
después de que ella le escribiera un mensaje en Twitter, fue la única
persona en la que el confió para que hiciera las gestiones para el
filme, según el artículo. Penn se enteró de la conexión de Del Castillo
con el Chapo a través de un conocido en común, y preguntó si el
narcotraficante accedería a una entrevista.
No está claro si los encuentros descritos en el artículo son los
mismos que llevaron a su detención. Penn escribió que tuvo que tomar
varias medidas de seguridad antes de encontrarse con Guzmán. Cuenta que
utilizó teléfonos móviles de bajo costo, uno para cada contacto, que
debió destruir, quemar o cambiar su encriptación, que utilizó
Blackphones (un smartphone de máxima seguridad), cuentas de correo
anónimas donde se intercambiaban mensajes escritos en la bandeja de
borradores.
Y pese a ello, escribió: “No tengo la menor duda de que la DEA y el gobierno mexicano están vigilando nuestros movimientos”.
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