La humanidad, alrededor del mundo, ahora está más
consciente del tremendo embrollo que representan los llamados yihadistas
a lo largo y ancho del globo.
Matan y se matan sin ningún miramiento y para ellos la vida humana de
aquelllos que consideran infi eles, no tiene ningún significado.
La de ellos tampoco, siempre y cuando la sacrifi quen para eliminar a
quienes ellos definen “infieles”, pero ocurre que desde los tiempos
de la Revolución Francesa, en 1789, se acendró en la humanidad el
respeto por la vida humana, aún cuando para entonces se practicaba la
indecencia de la esclavitud.
Pero desde entonces la esclavitud fue satanizada y eliminada en el
concepto de las potencias capitalistas, esclavistas y colonialistas y
poco ha poco creció el concepto de elevar como fi n máximo: el derecho a
la vida.
Como consecuencia de la estúpida invasión de George Bush hijo al Irak
de Saddan Hussein se han desatado fuerzas que no se creía que solo
“estaban dormidas” bajo el control de Hussein. Ahora hemos heredado el
odio de los chiitas contra los sunitas y viceversa, pero es aún peor
cuando la relación es con la civilización occidental.
Estados Unidos es definido como el “Gran Satán” al que es legítiman
según su mórbido criterio. Las demás potencias sólo son satélites al
servicio del “Gran Satan” y carecen de valor por sí mismos.
No advierten los yihadistas que en Occidente el respeto a la vida es
uno de los valores más elevados y que en algunos casos un homicida y
suicida se estipulan como personas rezagadas socialmente e inadaptadas.
Con el horroroso atentado de ayer a la ciudad de París con un saldo
de más de l30 muertes, el Califato Yihadista acaba de suscribir su
propia sentencia de muerte. Nadie va a inmutarse cuando se le pase
factura a esos desalmados y nadie reaccionaria indignado porque un
“dron” americano o ruso destruya sus instalaciones y sus propias vidas.
Choque de Civilizaciones
En su magistral obra “Choque de Civilizaciones” el historiador
norteamericano Samuel Huntington advertía que “los conflictos de estas
sociedades se agudizarían en el siglo 21”. La razón es el crecimiento de
los países asiáticos y la potencia de la economía norteamericana y
europea.
Hasta donde uno ve nadie le está quitando nada a los musulmanes
extremistas, más bien insisten en que respeten las leyes de las mayorías
y el criterio de la democracia.
Los niños musulmanes son sometidos a las llamadas “madrazas” que son
escuelas en donde se imparten conceptos radicales y se responsabiliza de
todos los males de los árabes al imperialismo norteamericano, en
primera acción y a los demás países capitalistas de Europa que, en su
momento apoyaron la esclavitud, la exclusión y la explotación. Aunque
esos tiempos han sido ampliamente superados, los radicales árabes opinan
que se debe destruir a los descendientes del autoritarismo imperialista
aún cuando no tengan nada que ver con eso.
Con el terrible atentado de ayer en París con más de 130 víctimas
fatales, se completa el terror de los yihadistas para castigar a
Occidente.
Primero las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre del
2011; luego el atentado a los trenes de pasajeros de la estación Atocha
de Madrid, que se conoce como el 11-M y dejó más de 191 víctimas
fatales; el atentado contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo,
que dejó un salgo de 12 muertos, el bombardeo a buses en Londres y,
recientemente, la explosión del avión de turistas rusos que salían de
Egipto que dejó 224 fallecidos.
¿Habrá más, claro que sí…esa guerra no ha acabado ni acabará mientras
no sea extirpado el nodo islamista. Si es posible hacerlo o no, es
cuestión de Occidente, pero hasta entonces se sufrirá mucho dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario