Franklyn Almeyda lanzó una luz de bengala en el medio de la noche reeleccionista del PLD. Advertía que el partido tiene fracturas diversas. No explicó las causas, pero son resultantes del choque rápido y furioso que tras bambalinas han tenido de los seguidores de Danilo Medina y Leonel Fernández.
Sin embargo, la noche de la reunión del Comité Político, explicó que ya le pusieron el yeso a esas esas contusiones y curan en veintiún días.
Este cambio de palabrería tiende a indicar que el mensaje interno llegó a destino y que se adoptaron las providencias denunciadas pero nunca publicadas.
Almeyda, fundador exquisito del PLD, es también conocido por sus expresiones descarnadas. Se le puede atribuir prepotencia, sectarismo o altanería; incluso hasta seguridad en sus puntos de vista, pero lo cierto es que no guarda temor de expresarse y mucho menos si está hacia lo interno. Son aguas muy nadadas por él.
No obstante hablar de fractura, aclaró que no son divisiones. No son tanto como lucha de tendencias, quizá se puede colegir como malestares o resentimientos, pero lo cierto es que disgustos los hay a borbotones. La decisión de Danilo cerró el paso a los otros intereses y para llegar hasta él era con boleto dorado que no todos lo recibieron.
Si hubo promesas de repostulación dentro del acuerdo con los extrapartidos, es posible que el temor a que se incumpliera con los peledeístas tenía inquieto a Franklyn Almeyda. Su mensaje dibujaba la advertencia de que deben cumplir la cuota de poder con la minoría o los desplazados.
El PLD está en su mejor momento. Tiene un gobierno que ha logrado una aceptación sin par. La oposición está anémica por el desmembramiento reciente. Sigue con cuidados intensivos y el muñón que quedó en la pista lo tomaron como prótesis (para copiar el lenguaje de Almeyda) para que la reelección camine mejor por la senda de las desavenencias internas.
Claro, el PRD ahora es como un bastón que tanto se puede usar para apoyarse como amenazar. En derredor del PLD crecen además arbustos o matojos opositores que quizá con buen abono pudieran crecer, pero unos a otros se sustraen las buenas tierras. Las raíces del grupo morado que está al mando desafían vientos, mareas y otros fenómenos.
Los códigos de Almeyda dicen que los otros también se “defenderán con uñas y dientes”.
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