Creo que fue Orlando Gil quien dijo hace unos días que los haitianos nos sacan la lengua cuando les damos la espalda después de una reunión, se burlan de las autoridades dominicanas y ponen al país de mojiganga, empezando por su propio presidente Martelly.
Sólo hay que ver la desfachatez con que su canciller, Lener Renauld, catalogó la reunión de la semana pasada en Barahona, la minimizó y sugirió que Martelly no cumplió con la tramitación diplomática que rige este tipo de encuentros en sistemas de gobiernos parlamentarios como el suyo.
Ahora mismo hay mucha presión mediática para que el presidente Danilo Medina no acuda esta semana a la cita acordada entre los dos mandatarios en Puerto Príncipe. Debe dejarle esa tarea --considera la mayoría de los “opinólogos de la prensa”--, a la diplomacia responsable de esos asuntosÖ
ÖPero Danilo se comprometió a ir. Y no debe incumplir ese compromiso porque se supone que él es la diferencia.
Aunque “la puritita verdad”, como dicen los mejicanos, es que Martelly no está en condiciones de asumir la responsabilidad de suprimir la veda a más de veinte productos dominicanos impedidos de ingresar a Haití por vía terrestre, y fuera de ese tema Danilo tiene poca cosa qué discutir con su homólogo vecino.
La veda no depende de la voluntad de Martelly --aunque se asegura beneficia intereses familiares--, sino de la cúpula empresarial haitiana que ha puesto la mira en un negocio de importación que mueve más de mil millones de dólares al año.
...Nunca ha cumplido
Haití jamás ha cumplido los compromisos que asume en el orden bilateral, pero menos en el multilateral. En el caso de la República Dominicana, los haitianos nunca han honrado su palabra ni verbal ni escritaÖ y los compromisos diplomáticos se los han pasado por el Arco del Triunfo.
No es nada nuevo, ha sido así siempreÖ El primero que lo dijo en 1844 fue Juan Pablo Duarte: ¡Ellos no se van a ir, tendremos que sacarlos a punta de las armas!
Casi cien años después fue Trujillo cuando uno de sus matarifes le pidió aplazar “el corte” ante la promesa de que los haitianos asentados ilegalmente en la frontera prometían retornar voluntariamenteÖ
¿Ah, pero tú les estás creyendoÖ? ¿Cuándo los haitianos han cumplido su palabra? ¡Sácalos yÖ punto! La orden se ejecutó de forma inhumana y cruelÖ
ÖEl crimen colectivo se llevó a cabo desde ese mismo día y duró una semana, afrenta que el dictador subsanó comprando el silencio del presidente Sténio Vincent y de las clases dominantes haitianas que asumieron una complicidad que no han podido justificar ante la historia.
El canciller Navarro
El canciller Andrés Navarro asume el asunto con la diplomacia debida. Tiene razón cuando plantea que entre los dos países debe primar el diálogo para dirimir sus diferencias en el plano civilizado. Pero hay que observar detenidamente sus acciones...
ÖAntes de viajar a Puerto Príncipe convoca a reuniones de este lado de la frontera con los sectores que intervienen en el comercio bilateral, incluyendo a los transportistas, exportadores, importadores y autoridades de las provincias involucradas.
Se supone que de esas reuniones saldrá un diagnóstico completo de la situación y las recomendaciones para instrumentar la agenda que eventualmente discutirán los dos presidentes en Puerto PríncipeÖ Si es que Danilo viaja finalmente.
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