La posibilidad de acuerdo resonó a mediados de la semana pasada en los círculos peledeístas y fue durante el fin de semana cuando se pasó de la simple eventualidad a asumirse como un hecho casi innegable.
La aprobación de la reforma constitucional en la Cámara de Diputados es la llave al “Gobierno de Unidad Nacional” que impulsa el presidente Danilo Medina, que incluiría al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) para articular un nuevo bloque: las tres principales fuerzas políticas del país con una boleta común, por primera vez en la historia política dominicana.
Lo inédito es la firma de acuerdo con el PRD, organización a la que se le asegurarían sus posiciones en el Congreso y en las alcaldías, tal como informó a mediados de mayo el periodista César Medina en su sección “La Tecla”, de los domingos en este diario.
La simple idea de acuerdo con el PRD ha causado escozor en la dirigencia local del PLD porque se verían obligados, algunos aspirantes, a deponer sus aspiraciones a posiciones municipales que ostenta hoy el PRD, y complicaría también las intenciones de su dirigencia de optar por puestos congresionales, ya que primero el PLD hizo reserva de candidaturas a sus actuales legisladores, y con el eventual acuerdo con el PRD comprometería las posiciones restantes en su boleta.
A las versiones de acuerdo entre los dos antagonistas del sistema político en los pasados 20 años, no salió ningún dirigente perredeísta que lo negara, y por el contrario, dirigentes del PLD, confirmaron las negociaciones y adelantaron que hoy el proyecto de reforma sería aprobado “con el respaldo de la oposición”.
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