Presidente de Suprema Corte critica actitud del Procurador
AFIRMA DOMÍNGUEZ BRITO NO TIENE FE EN LA JUSTICIA Y HA LLAMADO A LA DESOBEDIENCIA CIVIL
Santo Domingo;- El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán Mejía,
manifestó ayer que la actitud del procurador general de la República,
Francisco Domínguez Brito, ha sido inmadura, irreflexiva, irrespetuosa y
propia del populismo judicial que, según dijo, lo caracteriza, “cuando
de él esperábamos otras actitudes y declaraciones”.
El también
presidente del Consejo del Poder Judicial leyó una declaración pública y
no respondió preguntas de los periodistas. Consideró que Domínguez
Brito ha evidenciado con sus actitudes y declaraciones no tener fe en la
justicia dominicana.
“Solo quien no tiene fe en ella es capaz
de ocasionarle daños, como lo ha hecho el Procurador General de la
República”, subrayó Germán Mejía.
Acusó a Domínguez Brito de
llegar al extremo de llamar a una desobediencia civil contra el Poder
Judicial, con una actitud en la que según sus expresiones, niega la
esencialidad de su función y desconoce que forma parte de la
institucionalidad judicial y de uno de los poderes del Estado.
A continuación, el documento leído por Germán MejíaQuienes
ocupan altos cargos públicos, y en particular en las instancias
judiciales, sólo alcanzan niveles aceptables de éxito si tienen fe,
conocimiento y madurez, expresada esta última en actos de prudencia y
sabiduría.
Sólo quien conozca profundamente que el litigio es un
conflicto entre dos o más partes a ser dirimido por un tercero
imparcial, que es el juez, y en el cual unos ganan, otros pierden y sólo
uno tiene la razón: el juez; está habilitado para manejar con
tranquilidad profesional y de conciencia un cargo en un Estado social,
constitucional y democrático de derecho.
Quien así no lo entienda
se llena de pasión y la pasión ciega y al cegar al conocimiento es
conducido a las malas o a las caprichosas interpretaciones de las
decisiones.
Quien carezca de fe no puede conducir con éxito una
alta instancia en el área de la justicia. Quien carezca de conocimiento
tampoco podrá manejar exitosamente las grandes decisiones. De igual
manera ocurre con aquel que carezca de prudencia y sabiduría.
El
Procurador General de la República ha evidenciado con sus actitudes y
sus declaraciones no tener fe en la justicia dominicana. Sólo quien no
tiene fe en ella es capaz de ocasionarle daños, como lo ha hecho el
Procurador General de la República.
El máximo representante del
Ministerio Público ha desconocido que él participó como parte en los
procesos que le han servido de causa para provocar sus irreflexiones
públicas. Ha desconocido que en un proceso quien pierde en una instancia
sólo le está permitido impugnar la decisión adoptada, mediante el
recurso correspondiente.
El Procurador General ha llevado los
procesos que han motivado sus declaraciones, primero, a los medios de
comunicación y después a la jurisdicción; y los recursos en contra de
las decisiones, los ventiló en la opinión pública, antes de presentarlos
a la segunda instancia. Actitud totalmente inapropiada a la naturaleza
de la función que desempeña por mandato de La Constitución y las leyes.
Dicho
funcionario ha llegado al extremo de llamar a una desobediencia civil
contra el Poder Judicial. Actitud con la cual niega la esencialidad de
su función y desconoce que forma parte de la institucionalidad judicial y
de uno de los Poderes del Estado.
Son sus actitudes y sus
declaraciones las que han promovido el exacerbamiento social, pues, si
el jefe del Ministerio Público llama a la desobediencia, no puede
esperarse conductas diferentes de parte de sectores propensos al
desconocimiento del orden establecido y hasta de sectores
tradicionalmente sensatos.
Quien ofrece al país estas
declaraciones ha sido sumamente prudente ante acontecimientos que han
manchado la toga de diversos representantes del Ministerio Público,
porque reconoce que un solo acto de un funcionario no define la historia
ni el futuro de la institución a la cual pertenece y menos aún en el
caso del Poder Judicial, en el cual una decisión sólo es atacable
mediante el condigno recurso.
Más aún, ha sido incapaz de pedir la
renuncia del Procurador General de la República y de llamar a protestas
públicas en contra de determinados miembros del Ministerio Público por
la comisión de actos impropios, como son aquellos que los ligan a las
drogas.
Quien está al frente de una Alta Instancia Judicial está
obligado a decidir los conflictos apegados a la Constitución, a las
Convenciones Internacionales y a las leyes y no puede manejar las
decisiones que en ella se toman con un criterio populista.
El
Poder Judicial ha logrado avances significativos y trabaja diariamente a
favor de la justicia, manejando los casos con tranquilidad y sin el
desasosiego que procuran llevarle los sectores políticos y sociales
fácticos.
ALIADO EN LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN
El Poder Judicial hace constar: 1) Su condición de aliado en la lucha contra la corrupción, por los grandes males que ésta produce a la sociedad. Sin ella, los grandes males de ésta última se hubiesen hoy día disminuido de manera importante. Cuente, la población dominicana sana, buena y preocupada con un acompañante fiel, sereno y sin populismo alienante, para llevar a cabo la lucha contra la corrupción.
ALIADO EN LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN
El Poder Judicial hace constar: 1) Su condición de aliado en la lucha contra la corrupción, por los grandes males que ésta produce a la sociedad. Sin ella, los grandes males de ésta última se hubiesen hoy día disminuido de manera importante. Cuente, la población dominicana sana, buena y preocupada con un acompañante fiel, sereno y sin populismo alienante, para llevar a cabo la lucha contra la corrupción.
Ese
es un valor que forma parte de la cultura de vida del Presidente de la
Suprema Corte de Justicia y con ella avala su conducta pública y
privada. El Presidente del Poder Judicial ha declarado en múltiples
ocasiones su convicción en tal sentido y con su conducta diaria la ha
garantizado, porque es parte de su formación personal. 2) Su decisión de
no pronunciarse en momento alguno sobre casos que cursan por ante los
tribunales, sin embargo espera del Ministerio Público que fortalezca su
trabajo profesional, cuando entienda que un supremo interés está
envuelto. La actitud del Procurador General de la República ha sido
inmadura, irreflexiva, irrespetuosa y propia del populismo judicial que
lo caracteriza, cuando de él esperábamos otras actitudes y
declaraciones.
El Poder Judicial levanta y ondea la
bandera de lucha contra la corrupción, al igual que el señor procurador,
pero aguarda de él reflexión, prudencia y respeto. La justicia no
sucumbirá en manos de un Poder Judicial como los que integran esta
Suprema Corte de Justicia y los demás que forman parte de su estructura
institucional. El pueblo dominicano que tenga fe y seguridad. Nosotros
no les hemos fallado ni les fallaremos. El Poder Judicial no está en
crisis. Actuaremos siempre apegado a los principios de independencia,
imparcialidad, transparencia, sea cual fueren las circunstancias que se
presentaren.
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