ENTRE ELLOS.- Ni el presidente Danilo
Medina ni el expresidente Leonel Fernández, al parecer, conversan con
sus seguidores los asuntos que tratan de manera directa, callada,
íntima. O no hay confianza suficiente, o quieren manejarse con códigos
propios, para guardarse la última palabra. Solo así se explican los
escarceos que se suscitan en un bando y en el otro, y que los insidiosos
plantean como las finales del mundo. Se supone que después de la visita
del primero al segundo, y de haber hecho un aparte, la distensión debió
haber contagiado a sus más cercanos colaboradores. No debería haber,
por tanto, pintura de guerra en la cara de los mansos ni de los
cimarrones. ¿Qué pudieron haber hablado Fernández y Medina que no debían
escuchar Franklyn Almeyda, Cristina Lizardo, Carlos Pared, Diandino
Peña, y demás presentes?
Si alguna vez una cita de este tipo tuvo
categoría de cumbre, fue la que sucedió en ese momento, pues seguro que
no hablaron de lo episódico, ni de lo coyuntural, sino de lo que podía
verse más allá de la curva...
PREGUNTAS.- Cuando no se
tienen las respuestas, nada mejor que hacer preguntas. ¿Por qué Leonel
Fernández no se tomó unas vacaciones o cumplió uno de sus tantos
compromisos en el exterior? A su agenda le faltan días, y él siempre
está dispuesto, y las entidades que invitan, lo saben. ¿Por qué Danilo
Medina presenta afección en la piel de la cara, se dice que a causa de
stress y no reduce sus jornadas de trabajo? Dice el vocero Roberto
Rodríguez Marchena que su salud está bien, y el mandatario que “ahí
ahí”, pero ninguno de los dos es médico, y ese no es un asunto para
despacharlo con dos o tres palabras. Lo que se imponía cuando viajó a
chequearse a Miami, era que hablara el especialista. Y ni siquiera se
dijo el nombre ni el centro donde fue atendido. Debe saberlo, pero si
no, conviene que lo sepa: Su salud, buena o mala, pertenece a la
República, y las informaciones deben ser cabales, de manera que no den
lugar a especulaciones. Lamentablemente ya no se producen las
filtraciones que alimentaban los famosos Wikileaks...
MÁS TRABAJO.-
El presidente Danilo Medina mantiene desde el inicio de su gestión un
intenso tren de trabajo, y nunca se le notó agobio, ¿por qué ahora y no
antes se resiente su salud? La inferencia lógica es que ahora hay más
trabajo que antes. Que además del gobierno, está el partido. Pues lo
hablaran o no, tiene que decidirse la convocatoria del Comité Político,
aprobarse las primarias y definir la reelección. Puede o pudo decir a
Fernández esto o lo otro, y quedar bien, fuera que le solicitara tiempo o
lo apresurara. Entre políticos profesionales, si no se abren puertas,
se dejan abiertas las ventanas. El problema, y es problema, son los
capitanes. Los soldados comentan, pero no opinan, pero sobre todo no
tienen aspiraciones. Se conforman con las migajas que caen de la mesa de
los capitanes. Los capitanes, por tanto, tienen que hacer fortuna, y
esa fortuna la otorga el jefe de grupo. El presidente o el expresidente.
¿Cómo decir que no a fulano o que sí a zutano? La codicia rompe el
saco, se dice, pero la presión provoca dermatitis...
CALENTAMIENTO.-
Leonel Fernández, leí, pero no confirmé, dedicará el próximo fin de
semana a lo que sus encargados de campaña llaman “calentamiento”, como
si fuera pitcher y tuviera el brazo frío. El regreso de Quirino Paulino
Castillo fue como lluvia a mitad del juego, hubo que suspenderlo y
colocar la lona, con la idea de continuarlo después. Ahora sería el
momento, y si Fernández se mueve de nuevo, y lo hace en grande, como
sabe hacerlo, hay que suponer que los organismos del partido harán su
parte y que las definiciones están a la vuelta de la esquina. ¿Qué
dijeron las mediciones entretanto, las suyas, las propias, pues no es
verdad que Fernández va a arriesgarse a salir a la calle si los vientos
no le son favorables? En política hay quienes calculan en el aire, y a
veces creen que determinado ruido hace daño, y otros, que lo hacen con
papel y lápiz, y los números son una realidad y no un albur. Se piensa
en Paulino Castillo como un enterrador, solo que como no sabe en qué
cementerio, el cadáver podría no estar todavía en la caja. Al menos esa
es la esperanza de los seguidores de LF...
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