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domingo, diciembre 21, 2014

La sensatez de Obama

Barack Obama
A lo largo de su gobierno de seis años, el presidente norteamericano Barack Obama ha dado varias demostraciones de que es un hombre de gran sensatez y el pueblo norteamericano, y el mundo, se lo deben agradecer y reconocerlo por esa particularidad.
No solo por su reciente acierto por cesar la hostilidad norteamericana hacia Cuba, sino también por el retiro de las tropas del Medio Oriente y por su política de apaciguamiento en esa región. Ha querido aplicar un bálsamo en cada herida que se ha producido en el mundo como resultado de la intransigencia ejemplifi cada en el actual fundamentalismo de grupos radicales del Medio Oriente.
Y aunque el lenguaje de paz no siempre es bien visto, él ha logrado imponer fórmulas positivas para mitigar el dolor en el mundo. Si no hubiese sido agasajado ya con el premio Nobel de La Paz, bien se lo habría merecido ya.
Estados Unidos de Norteamérica se ha proyectado como una potencia que privilegia el derecho y la paz, aunque no han sido pocas las veces que ha aplicado el “Big Stick” para imponer sus intereses. En el caso de Cuba se hizo todo lo irracional e insensato.
Se propició una invasión y se quiso destruir la revolución Cubana como resultado de la llamada “Crisis de los Misiles” o “Crisis de Octubre”.
Afortunadamente la humanidad no tuvo que presenciar un episodio dantesco que habría desencajado nuestro sistema de vida. La Revolución Cubana pudo haber desaparecido, pero el costo moral y social para los Estados Unidos habría sido inconmensurable.
Cinco décadas y media ha sufrido Cuba de un embargo a fondo tenaz, intransigente dispuesto para ahogar su economía y su existencia. Bush padre a raíz de la caída de la Unión Soviética habló de que Castro tendría sus barbas en “remojo”.
Era lógico pensar que dada la especial relación político-económica de Cuba con la Unión Soviética, se dice que la deuda llegó a más de cinco mil millones de dólares, que por cierto Putin recientemente la eliminó, la vida en la isla habría sido irrespirable.
Castro la bautizó con el de nombre de “período especial”.
Lo especial de ese período fue que todo lo poco que había, sería menos, pero el pueblo cubano, en general, se mantuvo al lado de su gobierno y blindó la solidez del régimen revolucionario.
Muchos esperábamos que en el gobierno reelecto de Obama cambiaría la situación norteamericana hacia Cuba. Y así ha ocurrido. Pensamos antes, en los gobiernos de Jimmy Carter y Bill Clinton que se levantaría el odioso bloqueo a Cuba, pero por varias razones esa aspiración no pudo ser colmada con el éxito.
Ahora la situación en el mundo ha cambiado radicalmente, porque Vietnam, un país en el que Estados Unidos perdió unas 58 mil tropas en una guerra absurda e insensata, ya tiene relaciones diplomáticas normales con los Estados Unidos. El impresionante desarrollo de China implica ver al mundo de manera más realística.
“Obras son amores y no buenas razones” Los dominicanos debemos ver el nuevo episodio cubano-norteamericano con ojos de profunda refl exión y determinar a tiempo en que nos puede favorecer esa nueva realidad, o en que nos puede perjudicar, económicamente hablando.
Cuba dispone de una infraestructura industrial muy precaria. Hasta el punto de que reconocidos economistas dominicanos me aseguraron que la economía de esa isla resultaba desfasada.
Muy por debajo de la República Dominicana, pero en pocos años puede reponerse y convertirse en un buen consumidor y exportador de los Estados Unidos. Cuenta con una población educada y en salud; apta para aprender y producir cualquier bien que desee o demande el mercado de los Estados Unidos. Tendríamos que ver en que choca la ideología del régimen cubano con la nueva realidad.
Los dominicanos desde ahora disponemos de un período relativamente corto para estudiar la nueva situación que se le presentará a la economía del país.
Lo que podríamos defi nir como el “pensamiento dominicano” que tiene que abocarse a defi nir una estrategia sensata e imaginativa que convierta esa nueva relación cubano-norteamericana en una posibilidad efi ciente que garantice la economía dominicana.
De eso se trata. Mientras tanto, Obama disfruta de las realizaciones más extraordinarias con esa nueva política hacia Cuba.
Le ha dejado el “gallo en las manos” a los pretensiosos republicanos que pensaron que lo tenían todo amarrado.
Ahora lo que se ve es que los demócratas parecen perfi larse favoritos para las elcciones de noviembre de 2016 y con candidatos muy apreciados por la sociedad de ese país. Los Republicanos, a nuestro entender, se quedarán nuevamente alejados del solio de la Casa Blanca. Sin tener que consultar una “bola de cristal” eso es lo que se presagia ahora.
Bien por Obama y bien por el gobierno cubano de Raúl Castro, mientras Fidel observa y calla.

Por Silvio Herasme Peña ;-

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