![]() |
Barack Obama |
A lo largo de su gobierno de seis
años, el presidente norteamericano Barack Obama ha dado varias
demostraciones de que es un hombre de gran sensatez y el pueblo
norteamericano, y el mundo, se lo deben agradecer y reconocerlo por esa
particularidad.
No solo por su reciente acierto por cesar la hostilidad
norteamericana hacia Cuba, sino también por el retiro de las tropas del
Medio Oriente y por su política de apaciguamiento en esa región. Ha
querido aplicar un bálsamo en cada herida que se ha producido en el
mundo como resultado de la intransigencia ejemplifi cada en el actual
fundamentalismo de grupos radicales del Medio Oriente.
Y aunque el lenguaje de paz no siempre es bien visto, él
ha logrado imponer fórmulas positivas para mitigar el dolor en el mundo.
Si no hubiese sido agasajado ya con el premio Nobel de La Paz, bien se
lo habría merecido ya.
Estados Unidos de Norteamérica se ha proyectado como una
potencia que privilegia el derecho y la paz, aunque no han sido pocas
las veces que ha aplicado el “Big Stick” para imponer sus intereses. En
el caso de Cuba se hizo todo lo irracional e insensato.
Se propició una invasión y se quiso destruir la revolución
Cubana como resultado de la llamada “Crisis de los Misiles” o “Crisis
de Octubre”.
Afortunadamente la humanidad no tuvo que presenciar un
episodio dantesco que habría desencajado nuestro sistema de vida. La
Revolución Cubana pudo haber desaparecido, pero el costo moral y social
para los Estados Unidos habría sido inconmensurable.
Cinco décadas y media ha sufrido Cuba de un embargo a
fondo tenaz, intransigente dispuesto para ahogar su economía y su
existencia. Bush padre a raíz de la caída de la Unión Soviética habló de
que Castro tendría sus barbas en “remojo”.
Era lógico pensar que dada la especial relación
político-económica de Cuba con la Unión Soviética, se dice que la deuda
llegó a más de cinco mil millones de dólares, que por cierto Putin
recientemente la eliminó, la vida en la isla habría sido irrespirable.
Castro la bautizó con el de nombre de “período especial”.
Lo especial de ese período fue que todo lo poco que había,
sería menos, pero el pueblo cubano, en general, se mantuvo al lado de
su gobierno y blindó la solidez del régimen revolucionario.
Muchos esperábamos que en el gobierno reelecto de Obama cambiaría la situación norteamericana hacia Cuba. Y así ha ocurrido. Pensamos
antes, en los gobiernos de Jimmy Carter y Bill Clinton que se
levantaría el odioso bloqueo a Cuba, pero por varias razones esa
aspiración no pudo ser colmada con el éxito.
Ahora la situación en el mundo ha cambiado radicalmente,
porque Vietnam, un país en el que Estados Unidos perdió unas 58 mil
tropas en una guerra absurda e insensata, ya tiene relaciones
diplomáticas normales con los Estados Unidos. El impresionante
desarrollo de China implica ver al mundo de manera más realística.
“Obras son amores y no buenas razones” Los dominicanos
debemos ver el nuevo episodio cubano-norteamericano con ojos de profunda
refl exión y determinar a tiempo en que nos puede favorecer esa nueva
realidad, o en que nos puede perjudicar, económicamente hablando.
Cuba dispone de una infraestructura industrial muy
precaria. Hasta el punto de que reconocidos economistas dominicanos me
aseguraron que la economía de esa isla resultaba desfasada.
Muy por debajo de la República Dominicana, pero en pocos
años puede reponerse y convertirse en un buen consumidor y exportador de
los Estados Unidos. Cuenta con una población educada y en salud; apta
para aprender y producir cualquier bien que desee o demande el mercado
de los Estados Unidos. Tendríamos que ver en que choca la ideología del
régimen cubano con la nueva realidad.
Los dominicanos desde ahora disponemos de un período
relativamente corto para estudiar la nueva situación que se le
presentará a la economía del país.
Lo que podríamos defi nir como el “pensamiento dominicano”
que tiene que abocarse a defi nir una estrategia sensata e imaginativa
que convierta esa nueva relación cubano-norteamericana en una
posibilidad efi ciente que garantice la economía dominicana.
De eso se trata. Mientras tanto, Obama disfruta de las realizaciones más extraordinarias con esa nueva política hacia Cuba.
Le ha dejado el “gallo en las manos” a los pretensiosos republicanos que pensaron que lo tenían todo amarrado.
Ahora lo que se ve es que los demócratas parecen perfi
larse favoritos para las elcciones de noviembre de 2016 y con candidatos
muy apreciados por la sociedad de ese país. Los Republicanos, a nuestro
entender, se quedarán nuevamente alejados del solio de la Casa Blanca.
Sin tener que consultar una “bola de cristal” eso es lo que se presagia
ahora.
Bien por Obama y bien por el gobierno cubano de Raúl Castro, mientras Fidel observa y calla.
Por Silvio Herasme Peña ;-
No hay comentarios:
Publicar un comentario