El fogón donde cocinan el Código Penal subió de temperatura ayer. La Iglesia católica agregó tres leños a la discusión.
En
acciones encadenadas, rompieron la relación de enlace entre la Iglesia y
el Gobierno; acusan a todos los políticos de embotar la mente de los
pobres para llevar a la miseria y hacen una cadena de radio y televisión
atizando las oraciones en contra de la despenalización del aborto
terapéutico.
La andanada parece una ofensiva para ablandar las
posiciones de los diputados que pretenden conocer las observaciones que
hace el Poder Ejecutivo al texto aprobado antes.
Mientras la
católica sigue en su defensa de la vida con las oraciones el padre
Manuel Antonio Ruiz, renunciante enlace con el gobierno, dice que han
caído en un engaño que los oficialistas están haciendo una treta para
gestionar la reelección de Danilo Medina mediante la reforma de la
Constitución.
También alega que el debate actual no es más que una
reedición del enfrentamiento entre danilistas y leonelistas similar al
posicionamiento por los cargos en el Comité Central del PLD. No abunda
el padre Ruíz de qué lado estaría Fernández en éste balancín que los
une.
Aunque la Conferencia del Episcopado tilda el hecho de
personal, este sorpresivo corte de relaciones de la Iglesia Católica con
el Gobierno merecería un análisis más profundo ya que el padre Ruíz
hace consideraciones que agregan elementos al debate, pero sumándolo
con los otros, son muchos variables que apuntan a un cambio de
estrategia por parte de los religiosos y hay que verlos en conjunto.
La
católica, principal confesión del país, que encabeza la lucha contra
las modificaciones del Código Penal inició la semana con acciones de la
presión sobre los oficialistas. Como ha tomado la vanguardia en defensa
de sus ideas en torno a la defensa de la vida y derechos humanos,
decidió variar un tanto sus métodos.
Mientras suspende sus
relaciones palaciegas con la renuncia del padre Ruíz, inunda los medios
de comunicación con una presentación de los obispos en oración por la
vida y contra el aborto.
Y desde Santiago “Caminos” reparte
mandobles contra los políticos que: “con dádivas y prebendas han
embotado la conciencia de los que más sufren, para llevarlos a un estado
de indigencia permanente que les permita a ellos continuar en el
derroche más insultante a la dignidad humana”.
Estas son palabras mayores.
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