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lunes, diciembre 29, 2014

Frontera: emergencia nacional

La primera vez que tuve oportunidad de conversar con el Canciller de la República, Arq. Andrés Navarro, le externé mis hondas preocupaciones sobre una invasión pacífica a gran escala de haitianos sobre nuestro territorio.  Estuve consciente de que mi interlocutor (que recién había llegado al cargo días antes), podía entender erróneamente que estaba en presencia de un extremista, paranoico, que estaba fantaseando sobre un peligro imaginario.  Por ello seguí mis apreciaciones con la petición encarecida de que viajara a la frontera; que escuchara a las autoridades; a la población de sus cinco provincias, convencido de que sólo con una experiencia personal (in situ) pudiera sensibilizarlo de la realidad de lo que está ocurriendo en nuestra zona limítrofe con Haití.
Me alegré cuando leí la información de que el Canciller visitaría la frontera en compañía del Ministro de Defensa.
En efecto, las informaciones que él recibió de todos los puntos que visitó fueron cónsonas con lo que yo, de la mejor buena fe, le había advertido. Y más aún, por encima  de la masiva inmigración ilegal y la devastación de nuestros bosques para suplir la demanda de leña y carbón el pueblo haitiano, el director del Indrhi denunció de forma valiente y responsable, que los haitianos están desviando las aguas de los ríos fronterizos (en violación a tratados internacionales), con todo el desastre que eso significa para las paupérrimas poblaciones dominicanas que aún habitan la frontera.
El porqué se ha convertido el fenómeno ancestral de la inmigración haitiana en una invasión a gran escala sobre RD radica en los siguientes factores:  1) La prohibición de deportación de ilegales haitianos contenida en el Decreto 327-13, mientras dure el proceso nacional de regularización que concluye en julio de año 2015. 2) El temor del gobierno dominicano a tomar medidas efectivas de control migratorio y de seguridad fronteriza, cediendo al chantaje de los haitianos, los traidores del patio y la comunidad internacional de que cualquier medida en ese sentido pudiera ser interpretada como racista, xenófoba o producto de un sentimiento antihaitiano.  3) La política de éxodo masivo sobre la República Dominicana, alentada por la élite gobernante de Haití como una política de Estado, como forma de descompresionar su situación social y económica, apoyada por la comunidad internacional, que no le interesa desarrollar Haití en Haití, sino fomentar la población masiva de sus habitantes a la parte Este de la isla.  4)  El aprovechamiento del Plan Nacional de Regularización para invadir con tranquilidad y sin preocupación alguna la República Dominicana, para organizar esa población en una inminente rebelión (con apoyo internacional y con el reciente fallo de la CIDH en las manos), en procura de bloquear cualquier  acto de soberanía de República Dominicana a ejercer las deportaciones de ilegales.  5)  La política del gobierno dominicano de brindar  toda la infraestructura de salud y de educación con desayuno, merienda, almuerzo y tanda extendida incluida, a todos los hijos de ilegales que quieran venir desde Haití.
Reflexionando sobre lo anterior, al oir el mensaje de Navidad del Papa Francisco sobre  la ecología y el desarrollo del ser humano, pensé en mi viaje en helicóptero a la frontera.  Mi país no sólo está siendo invadido por Haití, sino destruido impunemente en el plano ecológico por una población haitiana que ya  hizo lo propio en su territorio devastado en el último siglo.
El año 2015 será un año decisivo para la suerte de la República Dominicana.  El 23 de diciembre las ONG’s haitianas pagadas desde el exterior ofrecieron una rueda de prensa en la que pidieron al presidente Medina una prórroga del Plan Nacional de Regularización, que vence en 7 meses, para que concluya en julio de 2016 (después de las elecciones), todo con la finalidad estratégica de proseguir la invasión pacífica sin ningún tipo de contratiempo.
Otro hecho relevante se produjo en el fin de semana con la nominación de un ex -alcalde de Puerto Príncipe, vinculado a Jean Bertrand Aristide, enemigo público e histórico de la República Dominicana, como nuevo primer ministro.  Es de esperarse que Aristide vuelva a jugar un papel hegemónico en la conducción de Haití.  Una de sus estrategias predecibles  será organizar la rebelión de los haitianos en la República Dominicana cuando el Estado dominicano quiera ejercer su derecho soberano migratorio.
Las presiones internacionales sobre el Presidente Medina para que dé prórroga; no tome medidas efectivas de control en la frontera y su gobierno no deporte a nadie, se incrementarán.  Regresará Ban-Ki Moon y todo el desfile de personalidades de la comunidad internacional con el único y solo objetivo:  La fusión RD-Haití.
Vinicio A. Castillo Semán
El 2015 será un año en que estará en juego la supervivencia de la República Dominicana, como país libre y soberano.  Nunca antes desde 1844 y 1863, había enfrentado una maquinación internacional con ayuda interna más peligrosa como la que tenemos a la vista.  Sólo con un gran movimiento nacionalista y un pueblo unido, sin importar banderías políticas, podrá hacer salir airosa nuestra amada patria, que ha llegado a esta triste encrucijada apuñaleada por un grupúsculo de sus peores hijos y la indiferencia pasmosa y el miedo de algunos que estaban llamados a asumir su defensa y han desertado lastimosamente de ella.
Por Vinicio A. Castillo Semán ;-
@Viniciodiputado

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