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En más de un sentido, la actual caída del precio es obra de Estados Unidos, y proviene en gran medida del auge de la producción norteamericana de petróleo. |
LA NACIÓN NORTEAMERICAN EMPLEA EL ARMA MENOS PESADA PARA DOBLEGAR A SUS OPOSITORES
Bruselas;- El desplome del precio del crudo sacudió el
orden económico y político mundial, un giro en la rueda de la fortuna
que fortaleció los intereses de Estados Unidos y llevó al borde de la
crisis financiera a varios grandes países exportadores de petróleo, en
especial, a los hostiles a Occidente, como Rusia, Irán y Venezuela.
La
caída de casi un 50% en el precio del crudo desde junio tuvo su impacto
más conspicuo en la economía rusa y en el presidente Vladimir Putin. El
exministro de economía ruso Alexander Kudrin, amigo de Putin, advirtió
esta semana sobre una “crisis económica de proporciones”, y llamó a
mejorar las relaciones con Europa y Estados Unidos.
Pero la onda
expansiva va mucho más allá. El desplome del crudo podría influenciar en
las deliberaciones de Irán sobre llegar o no a un acuerdo con Occidente
por su programa nuclear. También podría forzar a los petro-Estados de
Medio Oriente a una reevaluación de su rol de administradores del
suministro mundial de crudo. Y podría impulsar la economía de los
grandes consumidores de petróleo, como Estados Unidos y China.
Tal vez, incluso haya sido el empujón que faltaba para que Cuba decidiera sellar su acercamiento a Washington.
Tras
la estrepitosa caída a menos de 60 dólares el barril -tras haber
alcanzado los 115 dólares en junio-, los precios del crudo tocaron fondo
esta semana. El desplome, por más que se revierta parcialmente, fue tan
abrupto y pronunciado como para trastocar los planes y suposiciones de
muchos gobiernos.
Eso incluye la evidente esperanza que tenía
Putin de que Rusia pudiese campear las sanciones de Occidente por su
intervención en Ucrania sin mayores perjuicios económicos, y las
aspiraciones de Venezuela de seguir con la política de gasto público
descontrolado del fallecido presidente Hugo Chávez.
La caída del
precio, dijo Edward N. Luttwak, asesor de larga data del Pentágono,
“está noqueando a los principales adversarios de Estados Unidos” sin que
el gobierno tenga que hacer nada.
Para Irán, el golpe es tan duro
que su gobierno, buscando cubrir el creciente agujero de su
presupuesto, ofreció a los jóvenes iraníes la opción de pagar para ser
exceptuados de los dos años de servicio militar obligatorio que rige en
el país.
El 95% de los ingresos porexportaciones de Venezuela, que
tiene las reservas estimadas de petróleo más grandes del mundo y que
las ha usado para posicionarse como enemigo del “imperialismo” de
Estados Unidos, provenía de la venta de crudo, antes de la caída de los
precios. Ahora, el país tiene problemas para solventar los planes
sociales y para sostener una política exterior cuya base es la holgura
petrolera, incluidas las remesas de petróleo a precio reducido que
enviaba a Cuba y a otros países.
En medio del temor de los
mercados de que Venezuela caiga en default de su deuda, el presidente
Nicolás Maduro, elegido el año pasado tras la muerte de Chávez, dijo que
su país seguirá pagando sus compromisos. Pero la inflación en Venezuela
está por encima del 60%, hay escasez de muchos productos básicos, y
muchos expertos creen que la economía está en recesión.
Pero la
principal víctima hasta el momento probablemente sea Rusia, donde los
ingresos por exportación de energía representan más de la mitad del
presupuesto de gobierno. Putin consolidó el fuerte apoyo con el que
cuenta por haber sabido desterrar la tormenta económica que afligió a su
predecesor, Boris Yeltsin. Pero la semana pasada, Rusia volvió a quedar
de rodillas, tras un desplome del rublo que hizo que los consumidores
rusos corrieran alarmados a los comercios a gastar todo lo que tenían.
“Esta película ya la vimos”, dijo Strobe Talbott, alto asesor sobre
Asuntos Rusos de la presidencia de Bill Clinton tras la caída de la
Unión Soviética, en 1991, y actual presidente de la Brookings
Institution, de Washington. Las penurias de Rusia han tenido efecto en
todo el mundo, desde la caída de las reservas en los centros de esquí de
Austria hasta la baja del mercado inmobiliario de Londres, haciendo
cundir el pánico en la vecina Belarús, estrecha aliada del Kremlin, y
hasta amenazando con dejar fuera de juego a la Liga Continental de
Hockey de Rusia, que les paga a sus jugadores en rublos.
“Es un
enorme impulso para Estados Unidos: tres de nuestros cuatro adversarios
más activos están seriamente debilitados y su margen de maniobra se ha
visto gravemente reducido”, dijo Luttwak, en referencia a Rusia, Irán y
Venezuela.
El único de los principales adversarios de Estados
Unidos no dañado por la caída del crudo es Corea del Norte, que importa
todo el petróleo que consume.
David L. Goldwyn, coordinador
internacional de energía del Departamento de Estado durante la primera
presidencia de Obama, advirtió que una implosión de la economía de
Venezuela podría perjudicar a los países del Caribe y de América latina
de una manera que tendría coletazos para Estados Unidos.
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