YA NO.- Los políticos dominicanos
todavía creen que el tiempo lo cura todo, pues así fue durante mucho
tiempo. Solo que ahora hay un fenómeno que ni la ciencia puede resolver:
los virus sufren mutaciones y los remedios de antes no surten el
efecto. Las candidaturas menores, por ejemplo. Tenían soluciones, aunque
no fueran fáciles o rápidas, ya que en ocasiones con solo bajar de
rango, se complacía la aspiración. O se producían salidas aberrantes,
pero posibles, como el famoso dos y dos de José Francisco Peña Gómez, y
que pocos cumplieron.
Aunque lo importante fue que con esa fórmula se
superó un trance. E incluso a veces no se perdía todo, y el compromiso
se honraba a medias. Esto es, que lo que en principio era un acuerdo
político sobre la marcha se tornaba arreglo económico. Ahora esa opción
mendicante no tiene cabida. Los interesados en posiciones electivas no
viven en inopia y con dos o tres cheles no se les llenan los ojos. Esa
suficiencia obliga a la competencia, y como hay recursos de por medio,
se libra a muerte…
ALARMADOS.- Hay casos que se
ventilan en la prensa y que son harto conocidos, pero estos se
multiplican de manera callada por todo el territorio nacional y solo
saben de esas contiendas los muy enterados o los compañeros de partido
en sus remotas comunidades. El fenómeno se da en todos los agrupamientos
políticos, pero sobre todo en el PLD. O por lo menos en el partido de
gobierno provoca preocupación, pues como los peledeístas mueven dinero,
se hace difícil avasallar con cuartos en las manos. Y se supone que en
esa organización no se actúa en base al mejor postor. El Comité Político
se hace el sueco, y sus miembros creen que esas aguas, por muy
revueltas, no saldrán de su cauce. Aunque dirigentes de otros organismos
(Comité Central, por ejemplo) temen que sí y alarmados escriben al CP
para que tome cartas en el asunto antes de que los “sargentos” ocupen
plazas y se haga difícil o imposible la rendición. Todavía no suena la
primera galleta ni se lanzan sillas, pero –si el clima interior es como
dicen– será cosa de poco tiempo…
UN MUERTO.- No debe
olvidarse que en Bayaguana hubo un muerto, y aunque no se tienen claras
las razones, si fueron políticas o personales, no hay dudas de que los
peledeístas saben matarse entre sí. Lo de Dajabón es otra candelita, y
aunque por ahora se resuelve con decir que “todo el mundo sabe que Sonia
es así”, la verdad es que ya mediaron amenazas de muerte. Incluso hay
quienes sostienen que la confrontación no será entre la senadora y el
director del Indhri, ya que Olgo Fernández es “un infeliz” (esto es,
hombre manso), sino entre ella y la esposa de él, de quien se dice a
manera de reconocimiento que es una “tolete de dirigente ” y que se
contó entre las más votadas para el Comité Central. Sería cosa de mujer a
mujer, pero en todo caso entre peledeístas, y por la senaduría de la
provincia. Y no es que estas disputas tan agrias sean cosas nuevas,
capítulos de la novela de Lo que Nunca se Había Hecho, sino que algunos
entrevén elementos o factores de riesgo, ya que toda lucha personal, se
lleva al plano de los grupos. Y deja de ser entre fulano y zutano para
comprometer a Leonel Fernández y Danilo Medina…
LA CUESTIÓN.-
Ahí la gran cuestión: dejar hacer, dejar pasar o cortar por lo sano. Si
el mal crece y llega a gangrena, entonces habría que amputar, y el
organismo se vería disminuido. ¿O acaso es poquita cosa lo que sucede
entre el ministro de Industria y Comercio y el senador de Barahona? ¿O
en la Romana entre la senadora y el esposo y el gobernador de la
provincia? Y si se empieza podría no haber manera de parar de contar.
Todos los actuales legisladores quieren repetir, pero en esas
demarcaciones surgen aspiraciones legítimas de participar, o de
competir, o de ocupar la posición. En el PLD asoma un movimiento callado
de renovación. Los peledeístas de niveles bajos intentan evitar que los
titulares de senadurías, diputaciones o alcaldías se hagan dueños
absolutos de esos cargos o retengan las escaleras y no dejen subir a más
nadie al ejercicio directo del poder. Las encuestas serían un mecanismo
idóneo de exploración, para determinar tendencias, nunca elección…
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