LOS TEMAS.- Luis Abinader dice que tiene
“buena comunicación” con Hipólito Mejía en “temas importantes”, y de la
misma afirmación surge la inquietud de por qué no en las cosas
irrelevantes. La distinción la hace el propio Abinader, quien deja ver
que en sus relaciones con Mejía hay “temas importantes” y por igual que
no lo son, y vale recordar lo que tantas veces se repite desde los
tiempos de Juan Bosch, de que en política hay cosas que se ven y cosas
que no se ven, y que las que no se ven son más importantes que las que
se ven. Se sabe que se reúnen con frecuencia y que la conversación
siempre es fluida, y si se quiere, de entendimiento. Eso no significa,
sin embargo, que no haya problemas entre sus seguidores o que los
proyectos políticos que animan vayan viento en popa a toda vela.
Con
quien a Mejía se le agria la sangre es con Toni Peña, y hasta dicen que
hay orden de no dejar que se le acerque, ya que la última vez que se
vieron, hubo que llevar corriendo al expresidente a chequearse la
presión...
ACLARACIÓN.- Las palabras de Abinader fueron de
aclaración, y mientras haya que aclarar, seguirán las murmuraciones, y
los medios no podrán evitar las naturales conjeturas. Al parecer entre
“los temas importantes” no está la candidatura, y por eso no se conocen
altercados entre ellos. Sin embargo, ese es el tema más importante para
los demás dirigentes y miembros del PRD Moderno. ¿De qué habla Fello
Suberví, por ejemplo? Que la boleta del PRM sea decidida por consenso
entre Abinader y Mejía, al tiempo que se afilia con este último. Lo
demás no está claro, pero él quiere que se sepa desde ahora que es un
hombre de Mejía, a quien acompañó como vicepresidente en la aventura
reeleccionista del 2004. Los promotores de las encuestas como solución
al impasse salieron del ruedo y no se atreven a decir esta boca es mía.
Les dio vergüenza haberse dejado llevar por la emoción y plantear una
fórmula elitista y poco democrática. ¿Dónde las bases? No obstante, el
repliegue no borra lo principal: la naturaleza autoritaria de la nueva
agrupación...
LAS ENCUESTAS.- No hay problemas, pero Mejía
vuelve a la calle, y sus voceros comparecen a los medios, pues después
de advertir los descuidos tácticos, quieren corregirlos sobre la marcha.
La impresión de las encuestas, de que Abinader supera por mucho al
expresidente, piensan anularla a golpe de masas. Y resulta curioso,
aunque muy perredeísta. No quieren mediciones para decidir la
candidatura, pero sí para registrar crecimiento. El elemento de fuera
que pareció en un momento no importar, ahora se reconoce como crucial.
Mejía tiene adentro con que dar la batalla e imponerse, como en otras
ocasiones, pero debe recuperarse afuera, ya que se convencieron de que
gallo en funda no gana pelea. El problema, visto en esa perspectiva, no
sería tanto el oponente Abinader, sino la percepción que proveen las
encuestas, y que vienen siendo, a sus fines, armas de destrucción
masiva, como las que sirvieron de excusa a George Busch Jr. para invadir
al Iraq de Saddam Hussein...
LA MEDICINA.- A Mejía, hombre
de encuestas en manos, le estarían dando su propia medicina: con una
consulta por aquí y otra por allí estarían socavando las posibilidades
de su candidatura. Aunque esa situación no es nueva, solo que no se
había dado internamente. Leonel Fernández, de algún modo, lo burló de
esa manera, y entonces como ahora hubo sectores que hicieron su trabajo
desde fuera para que Mejía nunca fuera peligro electoral y que solo
hubiera preocupación por su presencia de poder. Ahora, cada cual tiene
su trompo embollado. Encuestas no, convención sí. Empero los seguidores
de Mejía sacan las uñas, creyendo que segundas partes pueden ser
buenas. Y podrían serlo para ellos, pero difícilmente Abinader y su
grupo consientan en una trampa conocida. Héctor Guzmán habla de que un
padrón se organiza en un dos por tres y menciona los “comités
afectivos”. La gente no recuerda, pero esos “comités afectivos” fueron
muy efectivos a favor de la causa de Mejía. ¿Perro huevero?...
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